Violencia

Aragón registró 74 casos de agresión sexual en 2012

Son 46 menos que en 2011 según Interior, pero los expertos mantienen el nivel de preocupación y alerta, sobre todo en los centros escolares.

Menos agresiones sexuales en Aragón
Aragón registró 74 casos de agresión sexual en 2012
HA

Las agresiones sexuales, por su especial violencia y daño tanto físico como psicológico, siguen siendo uno de las principales retos de los agentes de seguridad. Según los datos que maneja el Ministerio del Interior -aunque el baile de cifras entre instituciones es preocupante-, Aragón registró el año pasado 74 casos.


Son 46 menos que en 2011, y se dividen entre 42 agresiones y 32 actos con penetración. Pero más allá de las cifras, lo más importante para las partes que participan en este traumático proceso es la recuperación de las víctimas -y de los agresores- y la prevención, sobre todo en los centros escolares, donde cada vez se dan más casos.


Para ello, la Policía Nacional cuenta con el Servicio de Atención a la Mujer (SAM), que da cobertura a los casos de violencia sexual. Se trata de una unidad de guardia que acude inmediatamente tras al denuncia de los hechos y dan el primer apoyo a la víctima. Se le ayuda a superar los primeros instantes de 'shock', se le acompaña a un centro hospitalario para realizarle una revisión médica y se le toma declaración.


“Tratamos de conseguir datos del agresor lo antes posible para evitar que los recuerdos más precisos se borren e incluso, anular sentimientos que se dan como la culpabilidad o el miedo pese a ser víctimas”, señalan fuentes policiales.


Entonces se pone en marcha la colaboración con las instituciones públicas, que aportan sus equipos de psicología y recuperación, como los del Instituto Aragonés de la Mujer o los de centros como el de Asistencia a Víctimas de Abusos Sexuales de Zaragoza (CAVIAS). María Jesús Portillo, una de sus especialistas, explica que “con un buen trabajo psicológico se puede rehabilitar a la víctima para que vuelva a tener una vida normal”.


A este centro llegan casos derivados de la Policía, de médicos que detectan la agresión en una revisión en sus consultas, e incluso de centros escolares. “En un primer momento, la víctima está en un estado de sorpresa e irrealidad, pasa por otro de vergüenza y culpa, y finalmente llega al de rabia, indefensión y miedo hacia su agresor”, subraya.


Además, alerta de la llamada 'revictimización', un proceso por el cual la víctima sufre ante un juicio externo que le hace la sociedad, sea real o imaginado.


Labor en los centros escolares

Sin embargo, buena parte del trabajo contra violencia sexual se lleva a cabo en forma de prevención, sobre todo en los centros escolares donde los últimos años se han registrado más casos de lo habitual.


Los expertos hablan de la falta de madurez de los adolescentes, irresponsabilidad en el uso de las redes sociales, e incluso, problemas para discernir los límites que marcan una relación entres dos jóvenes.


Por ello, centros como CAVIAS llevan a cabo charlas y talleres en colegios e institutos donde “se les clarifica muchas cosas”, como explica la psicóloga Portillo. “Hacemos ver que no es tan difícil convertirse en víctima o agresor”, por lo que hacen hincapié en las conductas a evitar y en el uso y consumo adecuado de internet o el alcohol.