Zaragoza

"Es necesario abrir un debate en torno al Ebro"

Las últimas crecidas han reabierto la polémica entre quienes abogan por dragar el cauce y aquellos que tomarían otras soluciones.

El Ebro en el tramo entre Alcalá y Cabañas
"Es necesario abrir un debate en torno al Ebro"
JAVIER CEBOLLADA/EFE

En lo que va de año se han producido cuatro crecidas del Ebro. Estas grandes avenidas suponen un verdadero quebradero de cabeza para los agricultores y vecinos de municipios como Padrilla, Boquiñeni, Alcalá y Cabañas de Ebro. La última, hace apenas una semana, prácticamente alcanzó los 1.600 m3/segundo a su paso por Zaragoza, encendiendo los ánimos entre un importante grupo de afectados. Muchos de ellos piden el dragado del río en diferentes puntos.


Néstor Jiménez, Óscar Alamán y Javier Fuentes son tres geólogos que viven de y para el Ebro. Junto al cauce, en el término municipal de Cabañas de Ebro, se encuentra la sede de su empresa de divulgación ecológica y turismo fluvial, Ebronautas. Su posición acerca de las medidas a adoptar es clara, y pasa por no retirar sedimentos, sino "dejar al río el espacio suficiente para que discurra sin poner en peligro a los habitantes de la zona".


"Es nuestro punto de vista, aunque desde luego sabemos que no es el único", matizan. "Lo verdaderamente necesario es abrir un debate entre todas las partes implicadas: agricultores, municipios ribereños, usuarios del río, expertos... Todo el mundo tiene que expresar su opinión para poder adoptar la decisión adecuada, que sea asumible social, económica y medioambientalmente". Así lo señalaron este miércoles, a bordo de una embarcación, durante un encuentro con la prensa.


Para los miembros de Ebronautas, el problema deriva de las intervenciones que se han ido realizado a lo largo del cauce durante las últimas tres décadas. "En más del 80% del recorrido, el kilómetro que no tiene una mota tiene una escollera", explica Javier. Las motas son pequeños taludes de tierra que contienen el paso del agua, desplazando lenta e inexorablemente la ubicación del lecho fluvial hacia el lado contrario. Las escolleras, más sofisticadas y consistentes, son diques fabricados con grandes piedras.


"Como mínimo habría que replantear este sistema, que pone en peligro las localidades ribereñas. Éstas, desde luego, deben ser la prioridad para las instituciones", indica Óscar. "El hecho de tener tantas impide que el río pueda ensancharse cuando viene una avenida importante. Cada vez tiene menos espacio, y esto hace que cada vez haga falta una crecida menor para que se produzcan inundaciones".


¿Cuál es la solución?


En el seno de Ebronautas entienden que "de entrada, la ubicación de algunas motas no tiene mucho sentido, ya que impiden la entrada del agua a zonas donde no genera un gran contratiempo, como las choperas. Sería más lógico que estuvieran detrás de éstas. Quizá la solución ideal pase por observar cuáles son los terrenos inundables y ver qué salida se les puede dar, bien sea una permuta, o un nuevo uso".


Néstor cree, además, que es importante normalizar ante la opinión pública este tipo de situaciones. "Vemos necesario que las riadas entren dentro de las previsiones. Hay que desdramatizarlas y no afrontarlas con esta visión tan catastrofista. El hecho de que sean poco habituales no convierte las riadas en algo anormal ni peligroso en sí. La peligrosidad llega cuando te expones junto al Ebro en un clara situación de vulnerabilidad. Así están actualmente algunos pueblos".


Este grupo de geólogos comprende las peticiones de dragado del río. Sin embargo, Javier subraya que "se han hecho dos en los últimos años y se ha demostrado que no ha terminado siendo útil, ya que el río ha seguido depositando sedimento en el mismo lugar del que se había extraído". "El volumen de grava que se debe quitar para encauzar el río es demasiado alto y no resulta rentable", añade.