Riada

La punta de la crecida del Ebro llega a los pueblos de la Ribera

Los alcaldes y vecinos de las localidades de Gallur o Pradilla pasaron una madrugada de vigilancia ante la temida riada, que no ha causado, hasta el momento, afecciones graves a la población. En Boquiñeni viven con preocupación la posible rotura de una de las motas de contención del río.

Crecida del Ebro en Novillas
Crecida en Zaragoza_2
OLIVER DUCH

Los alcaldes de las poblaciones que se ubican en la Ribera del Ebro pasaron la madrugada de este martes con la mirada puesta de forma continua en el cauce del río a fin de hacer frente a las posibles afecciones derivadas de la crecida que atraviesa estos municipios.


Aunque la temida riada no ha causado, hasta el momento, afecciones graves para la población, los vecinos de Boquiñeni viven con preocupación la posible rotura de una de las motas de contención del río en el municipio zaragozano. El alcalde de la localidad, Miguel Ángel Sanjuán, subrayó en declaraciones a la Cadena Ser que han cortado algunas calles por precaución y están cubriendo de grava la mota para reforzarla. "Si cede, el agua llegará al casco urbano y habrá que evacuar", señalaba.


Sanjuán explicaba el lunes que uno de los problemas que originan habitualmente las crecidas en la localidad son filtraciones al depósito de agua, lo que obliga al ayuntamiento a servirse de una segunda toma para el suministro de los vecinos. 


La primera población zaragozana en sufrir los efectos de la avenida fue Novillas, donde el agua no anegó cerca de 1.500 hectáreas de campos sino entró en algunas de las viviendas más próximas al cauce.


En esta parte de la población, los vecinos improvisaron un dique con sacos de tierra en una de las calles para evitar que el agua entrara en sus casas.


Su alcalde, José Ayesa, explicó que la punta de la nueva crecida del río llegó sobre las 18.00 de este lunes.


La anchura habitual del cauce, alrededor de cien metros, ha pasado a alcanzar los seis kilómetros, lo que ha evitado que la altura de las aguas amenazara con entrar en la población y obligara a desalojar a sus vecinos.


Con el transcurso de las horas, el responsable municipal se mostraba ya más tranquilo tras el paso de la punta de la crecida por lo que ahora ha dicho que en la localidad se vive cierta calma.


Por el momento, hay tres carreteras cortadas al tráfico por esta riada en la provincia de Zaragoza, la CP-002d en Novillas, la A-127 en Gallur -se circula por la circunvalación- y la CP-0031 de Boquiñeni a Pradilla.


En otras poblaciones ribereñas como Gallur, donde la avenida ha pasado de madrugada, los vecinos decidieron reponer fuerzas durante la tarde de este lunes a fin de prepararse para una noche de vigilancia.


El alcalde de Gallur, Antonio Liz, ha explicado que las aguas han afectado a las instalaciones municipales ubicadas en la margen izquierda del río, y anegado campos, aunque ha admitido que en la población no se ha notado "excesivo movimiento" a causa de la avenida.


En Pradilla de Ebro, donde se espera que la punta de la crecida llegue en las próximas horas, según ha informado la teniente de alcalde, Inma Carcas, no está previsto evacuar a la población.


La ciudad de Zaragoza también se encuentra en situación de alerta ante la llegada de la punta de la crecida a lo largo de la jornada de mañana, aunque el caudal que arrastra ahora el río en la capital aragonesa, 1.700 metros cúbicos por segundo y la altura alcanzada, 5 metros, es un espectáculo en movimiento para los zaragozanos