ZARAGOZA

Un museo aún en proceso de gestación

La Harinera de San José, posible sede del museo.
Un museo aún en proceso de gestación
HERALDO

Cuando se cumplen seis meses de que se anunciara su creación, el Museo de la Ciencia sigue siendo un dibujo en el aire. En mayo pasado, Gobierno de Aragón, Ayuntamiento y Universidad de Zaragoza anunciaron que habían acordado crear un Museo de la Ciencia en la capital aragonesa, e incluso el alcalde, Juan Alberto Belloch, dijo que cedía para ese fin la Harinera de San José, recién restaurada aunque destinada inicialmente a centro cultural. Los vecinos del barrio reclamaron dicho uso para el edificio, y desde entonces apenas se ha vuelto a hablar del asunto.

 

En estos seis meses el proyecto parece haber entrado en vía muerta y, de hecho, no aparece reflejado en los presupuestos de las instituciones.

Pero el proyecto cuenta con el pleno apoyo de la decana de Ciencias, Ana Isabel Elduque, y se está trabajando. En los próximos días va a volverse a hablar de él. La cátedra José María Savirón de la Universidad de Zaragoza, dedicada a la divulgación de la ciencia en todas sus facetas, va a iniciar las reuniones de trabajo en las que se definirá la filosofía y modelo del proyecto.

Lo que gusta y lo que no

"Uno de los objetivos de la cátedra -asegura su director, Alberto Carrión-, es impulsar la creación del museo. Lo primero, antes de ponerlo en marcha, es saber qué es lo que queremos. Y eso es complicado. Yo, por ejemplo, veo más fácil decir lo que no me gusta de este tipo de museos, que concretar lo que me gusta. Por ejemplo, ahora está muy de moda el 'se prohíbe no tocar', pero yo soy de los que piensa que en un museo de la ciencia tiene que haber un espacio expositivo en el que no se toquen las piezas expuestas. Porque un museo de este tipo es mucho más que una colección de instrumentos antiguos, pero en algún lugar deberá tenerlos y mostrarlos al público".

 

Esta semana empezarán a convocarse ya las primeras reuniones para definir el futuro centro. Científicos, arquitectos, divulgadores e investigadores realizarán varias sesiones de trabajo, en un proceso que Alberto Carrión quiere tener concluido antes de fin de curso. "Si conseguimos redactar un primer borrador del proyecto en junio, podemos estar más que satisfechos", añade.

 

Lo primero que habrá que perfilar es el modelo. "Puede ser un Museo de la Ciencia, o puede ser un Museo de la Ciencia y la Tecnología. También hay que decidir si se concentrará en un solo edificio o tendrá varias sedes. Yo, por ejempo, soy más partidario de un 'Territorio Museo', de un edificio que articule un discurso en torno a la ciencia, y en el que participen otros centros. Es un poco lo que ocurre en Dinópolis, que cuenta con varias subsedes y cada una de ellas tiene razón de ser". Y habrá que pensar, también, en el emplazamiento. Nada más hacerse público el ofrecimiento de la Harinera de San José empezó a ser cuestionada su idoneidad desde distintos ámbitos. Para Carrión, la oferta es válida, pero con matices.

¿Una red de museos?

"En principio me convence -asegura- aunque no sería un museo tan grande como el de Granada, pero tiene condiciones. Además, se han conservado los molinos hidráulicos de la harinera e incluso la acequia que los movía. El edificio tiene otro, adosado, que parece que está aún sin restaurar. Pero el conjunto es muy interesante. Quizás la ubicación no sea la mejor, casi preferiría el entorno de la Expo. Hay muchas posibilidades, incluso edificios como la Torre del Agua o el Pabellón Puente podrían servir para articular un discurso interesante, sobre todo si pensamos en un museo descentralizado, que vertebre varios edificios o centros ya en marcha". Y apunta algunas posibilidades para integrarse en dicha red: el Museo del Viento de La Muela, o el Minero de Escucha; y especialmente el Paleontológico de la propia Universidad de Zaragoza. "Los fondos son magníficos, tiene una trayectoria acreditada y muchos problemas de espacio", asegura.