URBANISMO

Los problemas en la plaza de Eduardo Ibarra persisten un año después de su inauguración

Esta semana se han tenido que hacer obras junto a un quiosco y pruebas de alumbradoLos vecinos critican el diseño del espacio y denuncian deficiencias en el mobiliario y en la iluminación

Los problemas en la plaza de Eduardo Ibarra persisten un año después de su inauguración
Los problemas en la plaza de Eduardo Ibarra persisten un año después de su inauguración
oliver duch

Esta semana la plaza de Eduardo Ibarra ha cumplido un año. Desde su inauguración, este gran espacio junto a la Romareda nació con polémica. Un retraso de más de ocho meses y un sobrecoste en su construcción -junto a la del parquin- de 3,5 millones de euros marcaron el proyecto. Sin embargo, la inauguración no fue el final de los problemas, sino un segundo punto de partida. Desde entonces, las obras para corregir la iluminación, el embaldosado y los estanques de agua han sido casi permanentes, como se ha visto esta semana.

Las críticas de los vecinos y de los comerciantes a este nuevo espacio han sido constantes. Denuncian fallos de construcción y también de mantenimiento, ya que hay desperfectos que llevan comunicando durante meses y que no se han solucionado. La plaza fue inaugurada por el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, el 29 de abril del año pasado, pero el Ayuntamiento no la recibió de la constructora hasta el 25 de junio. Según señalan desde el Consistorio, la plaza está en garantía, por lo que los arreglos corren por cuenta de la constructora.

Uno de los grandes problemas que ha tenido la plaza ha sido la iluminación. El proyecto contempló unas farolas con distinto grado de inclinación que simulan un bosque. Sin embargo, uno de los extremos de la plaza, el más cercano a la calle de Pedro III 'El Grande', ha tenido permanentes problemas de iluminación, y muchas noches se ha quedado a oscuras. "Esto ha sido un desastre, nuestras luces eran las únicas que iluminaban la plaza. No se veía nada", comenta Gonzalo Alonso, del restaurante Rogelios.

Tras meses de problemas, la solución parece haber llegado a este tramo, ya que "desde febrero no se han apagado", cuenta Gonzalo. Sin embargo, esta semana había varios operarios haciendo trabajos en las farolas, que el miércoles estuvieron encendidas todo el día. Lo que no ha encontrado solución es una de las farolas, que después de más de seis meses rota, nadie ha pasado a arreglarla. "Hace poco quitaron el cristal, porque estaba colgando y era peligroso, pero no han hecho nada más", cuenta Manuel Ortiz, presidente de la Asociación de Vecinos Arco Iris.

Además, estas deficiencias en la iluminación han hecho que las piscinas decorativas puedan resultar peligrosas. "Esto no está bien iluminado, es fácil que de noche alguna persona mayor se tropiece y caiga", reclama Ortiz. Además, el estanque más cercano a la calle de Violante de Hungría en verano desprendía un fuerte olor -"como a cloaca", cuentan los vecinos- que, aunque algo mitigado, aún se percibe en la zona.

Bancos incómodos, pintadas...

Las deficiencias que, a juicio de la mayoría de los vecinos, tiene la plaza van mucho más allá. Salvo los bancos que se instalaron en los laterales -a instancia de los propios vecinos- el resto son "muy incómodos", en opinión de Manuel Ortiz. María Ángeles Pallarés, vecina de Violante de Hungría, critica además que "los adoquines se levantan continuamente. ¡Tendrá que haber un servicio de conservación!, ¿no?", se pregunta.

Además, el Ayuntamiento tampoco ha respondido a la demanda de los vecinos de instalar un buzón y una fuente junto al parque infantil para que los niños puedan beber agua. "Antes teníamos las dos cosas, y ahora que tenemos plaza, ninguna", comenta Ortiz. El Consistorio anunció que instalaría una biblioteca de intercambio de libros en uno de los cubículos. Sin embargo, sin comunicar nada a los vecinos, ya ha desechado la idea. Aún hay un espacio libre para tal efecto, pero el Ayuntamiento, un año después, todavía no ha decidido qué instalará. El vandalismo y los grafitis han terminado de pintar el cuadro de la plaza. Bancos y luces. Los bancos junto al parque infantil son incómodos, sobre todo para las personas mayores. Un botón de luz ya ha sido víctima del vandalismo.

Más bancos. En estos, la vegetación crece y se cuela por las rendijas. Hay un tercer modelo que, por su material, en verano arde y en invierno está frío.

Desperfectos. Esta farola lleva rota desde hace más de seis meses. Hace poco se le retiró el cristal exterior, pero no la han arreglado.