La reforma integral del Parque Bruil que se llevó a cabo este verano ha levantado ampollas entre algunas asociaciones vecinales del Casco histórico. Denuncian que las obras comenzaron sin tener en cuenta la opinión de los vecinos, ni los usos de este parque, único en esta zona de la ciudad. Para muchos vecinos esta reforma, para la que el ayuntamiento destinó casi un millón de euros, resta espacio de juego, endurece el aspecto del parque y restringe sus usos.

Además, los vecinos manifiestan que la reforma no ha solucionado las deficiencias que presentaba el entorno. Para ellos el parque se ha convertido en una plaza ajardinada, llena de adoquines donde han desaparecido los caminos de tierra y algunas zonas verdes. Por ese motivo piden al consistorio que no vuelva a actuar a espaldas del vecindario, y que tengan en cuenta ahora sus opiniones para reformar en la medida de lo posible las actuaciones de este verano.

Estas asociaciones han remitido ya un escrito al ayuntamiento para tratar este tema y esperan ser recibidos en las próximas semanas. Invitan también a los responsables a visitar el parque para ver in situ las necesidades del entorno.