ZARAGOZA

El ecovertedero ya recibe basura para la fase de pruebas y entrará en servicio en junio

Esta semana ha estado reciclando unas 200 toneladas de basura diarias. Las nuevas instalaciones se estrenan el próximo mes, con más de un año de retraso

Las obras del ecovertedero de Zaragoza, situado en el Parque Tecnológico del Reciclado, ya han finalizado y el complejo acaba de iniciar la fase de pruebas de cara a su puesta en servicio en junio. De momento, ha empezado a recibir basura por las noches y esta semana pasada ha estado reciclando unas 200 toneladas de residuos diarios.


Tras años de dificultades y retrasos, las instalaciones, que darán servicio a Zaragoza y a 62 municipios de su entorno, han supuesto una inversión de 76,67 millones de euros, de los que 30,4 proceden de la Unión Europea. La obra fue contratada en 2002, pero después de numerosos problemas, sobre todo de tipo urbanístico, la construcción no comenzó hasta mayo de 2005.


El estreno del ecovertedero se retrasará un año, ya que la planta debería haber estado lista en la primavera de 2007. Las principales dificultades se han producido en la puesta a punto del área de biometanización (donde se fermentan los residuos para producir biogás), dada la complejidad de los controles necesarios para confirmar que no se producía ninguna fuga en los cuatro grandes digestores donde se descompone la materia orgánica.


Superadas las complicaciones técnicas, la planta, que gestionará Urbaser, recibió el pasado 26 de abril las primeras 100 toneladas de basura. El objetivo de la fase de pruebas es verificar el correcto funcionamiento de todos los sistemas que forman parte del proceso, ajustar la maquinaria, la velocidad de las cintas, los sistemas antiincendio o que los motores estén bien dimensionados. "Las pruebas van bien. Surgen cosas, pero es precisamente lo que estamos buscando", explica Javier Ros, responsable de la planta.


Durante los últimos días, las pruebas se están concentrando en el área de tratamiento primario, donde se procede a la clasificación y separación de los residuos, y en la de compostaje. El plan de puesta en marcha de la línea de envases (los residuos procedentes de los contenedores amarillos) ya se desarrolló el año pasado con éxito.


La semana pasada se estaban tratando unas 200 toneladas y en los próximos días empezarán a llegar unas 400. Cuando el complejo se ponga en servicio, entrarán unas 900 toneladas de basura diarias. El recinto, de 49 hectáreas de superficie, puede reciclar unas 450.000 toneladas al año y otras 15.000 de envases, aunque se estima que de momento entrarán 275.000.


El proceso del reciclaje


Tras superar la zona de básculas, donde se pesa a los camiones al entrar y al salir, la basura se deposita en unos grandes fosos. Unos "pulpos" recogen los desechos y los colocan en las líneas de tratamiento (hay tres para los residuos convencionales, con una capacidad de 25 toneladas a la hora, y otra más para los envases, donde pueden entrar cinco toneladas cada 60 minutos).


Diversos procesos mecánicos separan los residuos en función del tamaño, el peso o el material (unos potentes imanes recogen los elementos metálicos). En una última fase, hay una clasificación manual. De este modo se trata de recuperar la mayor cantidad de basura para su reciclaje. La que no se puede aprovechar se deposita en el vertedero, de 27 hectáreas y 35 metros de profundidad, que ya se ha empezado a llenar durante este periodo de pruebas. En total, tiene capacidad para 2.900.000 metros cúbicos.


Los desechos orgánicos pasan a la zona de biometanización, donde fermentan con agua en unos grandes digestores. Los gases que se desprenden durante este proceso se usan para generar energía eléctrica. El lodo resultante tras la biometanización se deshidrata para, después de su maduración, producir compost para uso agrícola.