Cuatro de Agosto: la arteria más genuina en el corazón del Tubo

Del esplendor del pasado hasta las luces del presente, la calle de Cuatro de Agosto pervive a lo largo del tiempo gracias al esfuerzo de sus vecinos y comerciantes.

Cuatro de Agosto: una vía genuina y resistente en el corazón del Tubo
Cuatro de Agosto: una vía genuina y resistente en el corazón del Tubo
Oliver Duch

El sector del Tubo es uno de los más populares de la ciudad. En sus calles, plagadas de historias, todavía resuena el bullicio del pasado entre viejos edificios, bares y comercios situados en este histórico lugar de la capital aragonesa. Pervive como un foco de atracción de turistas y visitantes que refleja el esplendor de una zona otrora plagada de restaurantes, bares, tiendas, pensiones, tascas y alguna que otra casa de mala nota. Una de sus principales calles, la de Cuatro de Agosto, recuerda el episodio heroico que tuvo lugar allí durante el primer Sitio de Zaragoza, en el corazón del Tubo, un espacio que ha vivido sus más y sus menos, y que estuvo a punto de desaparecer en varias ocasiones. Pero, ¿desde cuándo se denomina así a esta céntrica zona?

La respuesta a tal cuestión apareció en estas páginas hace 30 años de la mano de la historiadora Ana María García Terrel, en el artículo ‘Apología del Tubo’, publicado en 1988: «Lo que hoy llamamos Tubo no llevó este nombre popular hasta que reformas urbanas posteriores a los Sitios trazaron la amplia plaza de España y el paseo de la Independencia, dando ocasión a que el tráfico peatonal que afluía en dirección sur-norte, hacia el Pilar o el Ebro, se ‘comprimiese’ en la estrecha calle de Mártires y sus adyacentes, entrando como por lo estrecho de un embudo».

La puerta Cineja

Antes de ser Tubo esta zona fue puerta Cineja, «una puerta, de cuya primitiva forma y entidad nada sabemos, que se abría en el lienzo sur de la muralla romana, posiblemente sobre el extremo de una de las calles principales (el ‘kardus’) a la que ponía en comunicación con el ‘macellum’ o mercado, colocado ante la puerta, en un punto soleado y resguardado. Hay una tradición que sitúa en sus aledaños el martirio de los Innumerables Mártires en el siglo IV antes de Cristo», acota García Terrel.

El nombre de la calle de Cuatro de Agosto evoca el asedio del primer Sitio en el que los zaragozanos combatieron a los franceses los días 4 y 5 de agosto de 1808 en este lugar. «Cayó en la lucha la ‘Cruz del Coso’, monumento a los mártires que había frente a la puerta Cineja. En el segundo Sitio cayó la puerta, no quedando sino un pequeño arranque que recuerda el lugar que ocupó», relata la historiadora.

El nombre de la calle de Cuatro de Agosto evoca el asedio del primer Sitio en el que los zaragozanos combatieron a los franceses los días 4 y 5 de agosto de 1808 en este lugar. «Cayó en la lucha la ‘Cruz del Coso’, monumento a los mártires que había frente a la puerta Cineja. En el segundo Sitio cayó la puerta, no quedando sino un pequeño arranque que recuerda el lugar que ocupó», relata la historiadora.

La calle del Peso

Esta vía del Tubo se llamaba originariamente calle del Peso, pues por ella pasaban los que acudían a la ahora plaza de Sas, antes del Carbón o de los Estébanes, donde radicaban varias actividades de control de comercio. Entonces, no tenía salida a la que hoy es la calle de Alfonso I por una sencilla razón: «No existía todavía, -apunta García Terrel-. Allí, a su entrada, se hallaba el Trenque de Jimeno el Gordo, un callejón de 2,60 metros de ancho, abierto a mediados del siglo XV que bajaba hasta la plaza de Sas».

Terminaba en un callejón sin comunicación con la calle de Alfonso I, abierta tiempo después, en 1867. En su parte opuesta, conectaba con la calle de Cinegio, «entonces denominada Tras de San Gil, donde estaba situada en su origen la puerta de entrada a la iglesia, el hospital de San Gil, el horno y, por un callizo detrás de este, la entrada al fosal de San Gil. Cerca de este punto, Cuatro de Agosto recibía y recibe la afluencia que venía de Mártires, muy transitada desde siglos por estar en su comienzo la Cruz del Coso y en tiempos el mercado principal de la ciudad», apostilla.

Un dato de la calle de Cuatro de Agosto que guarda relación con HERALDO es que este periódico tuvo allí sus primeras oficinas hasta su traslado, en 1896, a la calle del Coso, 86.

En su tesis sobre ‘Sociología urbana de la parroquia de San Gil’, en cuyo perímetro estaba incluido el Tubo, García Terrel se basó en el censo de 1955 para determinar, entre otras cuestiones, que lo que predominaba en este sector eran los negocios de hostelería. En aquel año se encontraban aquí el 20% de las casas de huéspedes de la ciudad y el 30% de los restaurantes. Entre ellos, tenían especial fama los restaurantes Casa Tobajas y Casa Teófilo.

Otro tipo de negocios también ocuparon locales en este lugar, como la librería de viejo de Inocencio Ruiz, la antigua pastelería Tupinamba, la tienda de Paraguas Redondo, la de máquinas de escribir Requejo, además de la fábrica de paraguas de Marín Yaseli -en el pasaje de los Giles-. En el otro extremo, frente al Plata, estuvo la tienda de discos Musical R3 y, cerca, también sonaron durante años las carambolas de los billares. En este tramo, antes de llegar a la calle de Libertad, surgió en los años 30 una tienda que para eludir la censura abrió como Ortopedia La Francesa (la primera condonería de Zaragoza). En Mártires, esquina con Cuatro de Agosto, todavía abre sus puertas Casa Lac, el restaurante más antiguo de España, desde 1825; y próximo a la calle de Cinegio se encontraban el Foto Estudio Goya y la Maison Muñoz (la primera tienda que abrió Plácido Muñoz, fundador de Galerías Primero).

El brillo del Plata

Mención aparte merece el café cantante El Plata, cerrado en 1992 y reabierto 16 años después con aires renovados gracias a la dirección artística de Bigas Luna y el empeño de la empresaria Joaquina Laguna. En él han actuado un buen número de artistas, Mary de Lis es una de las más populares. El Plata se fundó en 1920 y antes de 1936 funcionó como baile-taxi con el nombre de La Conga.

Una figura muy querida vinculada al Tubo fue Herminia Martínez Lines ‘Serafina’, la cigarrera que regentó su puesto de tabaco junto al Plata durante 65 años.

Afortunadamente, todavía quedan comercios como El Limpia, dividido en dos: un bar y un local dedicado a la reparación y limpieza de calzado, con José Pastor al frente, hijo del conocido limpiabotas del Tubo, Luis Pastor.

Víctor Vicente, dueño del 'sex shop' ubicado en el número 15 y presidente de los comerciantes del sector señala que «ahora todo son bares y apenas quedan tiendas. No hay demanda porque las grandes superficies han estrangulado al pequeño comercio del centro. Además, el alto precio de los locales solo es asumible por empresas hosteleras». Vicente también es crítico con los problemas de movilidad que sufren tanto vecinos como comerciantes: «No se puede acceder con vehículos y las zonas de carga y descarga se encuentran muy alejadas. Estamos aislados».

Eduardo Martínez, conserje del pasaje de los Giles desde hace 14 años, coincide en que es una zona «de difícil acceso» y recuerda que «hoy vuelve a ser un lugar popular de la ciudad, aunque con menor esplendor que en décadas pasadas»

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