Los vecinos del Rollo critican el "abuso" de la norma para mantener abiertos bares y 'afters'

Una batalla que no cesa. Los vecinos del Rollo llevan meses denunciando y tratando de poner freno a las reaperturas de bares de copas y 'afters' que llenan sus calles de suciedad y ruidos, así como de peleas a primera hora de la mañana algunos los fines de semana. Aunque la problemática es vieja, se ha recrudecido en los últimos años, ya que varios hosteleros han visto un filón en la reapertura de locales que llevaban tiempo cerrados.

La asociación de vecinos La Huerva, que defiende el derecho al descanso de los moradores de la zona de Moncasi, critica el método empleado para poder seguir funcionando como bar de copas al uso o como after.

El portavoz vecinal, Carlos Monge, denuncia el "abuso" que se hace de la norma, de modo que "si un bar lo tienen dos socios, primero pide uno de ellos la declaración responsable. Con ese documento, previo a la licencia, se puede empezar la actividad antes de que Urbanismo dé el visto bueno. Se aprovecha esa situación durante meses y, cuando se recibe la negativa del Ayuntamiento, se solicita bajo el nombre del socio, o mediante una sociedad creada a tal efecto, y vuelta a empezar". Una treta que se suma a otra: "Piden licencia de cafetería, que permite abrir a las 6.00 de la mañana, para subir la persiana a esa hora y funcionar como after. Desde luego, no se dedican a servir cafés, tostadas y churros".

Uno de los bares problemáticos tiene diferentes denuncias por suministrar alcohol para ser consumido en la calle. "Del mismo modo que una tienda no puede vender bebidas de este tipo pasadas las 22.00, una cafetería tampoco puede hacerlo si se sabe que el consumo va a tener lugar en la vía pública. Se ha intentado 'pillarles' por esta vía, pero por ahora la estrategia no ha surtido efecto", lamenta Carlos Monge.

Asegura, además, que a uno de los locales en funcionamiento, ubicado en la calle de Perpetuo Socrro, se le ha precintado en tres ocasiones el equipo de música, para el que no tiene licencia. El servicio de Urbanismo tenía previsto en noviembre notificarle a su propietario la negativa a la apertura.

El creciente problema en el Rollo se abordó en la comisión de Urbanismo del mes de octubre. El concejal del ramo, Pablo Muñoz, explicó que el Consistorio es "consciente de la situación" y que está "vigilante y actuando en consecuencia, especialmente en los bares más problemáticos", si bien está "teniendo problemas para actuar de un día para otro".

La asociación ha trasladado esta problemática a los grupos municipales. Ciudadanos preguntó al respecto en la comisión de urbanismo de octubre y el PSOE, según indican fuentes socialistas, tiene la intención de dar forma a una moción para adecuar la normativa local al paradigma actual. La presentará, probablemente, en el próximo pleno.

Una 'victoria' parcial

La calle Vasconia era una de las que cada semana soportaba uno de los establecimientos más conflictivos. Se trataba del 'after' La Clave, que durante meses requirió la presencia policial. Delegación de Gobierno decretó en mayo su clausura cautelar, que expiró el pasado noviembre. El propietario decidió no reabrirlo y trasladó su actividad a otro en la calle Perpetuo Socorro. El Ayuntamiento ya lo había sancionado con anterioridad con varias multas económicas.

No es el único negocio sobre el que pesan castigos. El bar El Tranvía cuenta en su haber con tres multas de 600, 900 y 1.200 euros. Urbanismo propuso también una sanción para La Enagua, alrededor de cuya puerta se organizan los botellones de jueves a domingo, mientras que el Bohemios cuenta con dos expedientes sancionadores abiertos. Hay otros locales pendientes de inspección, ya que éstas se realizan meses después de que se inicie la actividad. Otros inmuebles están en proceso de ponerse en marcha o enseñándose a posibles clientes.