La plaza de Salamero, foco de suciedad del Centro

La resaca de los botellones y el estado del suelo y de las zonas verdes genera que una de las zonas más transitadas de la ciudad se convierta en “peligrosa e insalubre”.

La plaza de Salamero amaneció así el pasado 22 de diciembre
La plaza de Salamero amaneció así el pasado 22 de diciembre
Daniel Alfonso

Césped en mal estado, papeleras a rebosar, bancos ocupados por botellas y litronas y excrementos y orines en el suelo. Así amanece muchos días la plaza de Salamero, en pleno centro de Zaragoza. La familia Martínez, que cada mañana pasa por ella para ir al colegio Santa Rosa, en la calle de Azoque, lamenta presenciar ese estado de “dejadez que convierte a la zona en peligrosa e insalubre”. Rodrigo lleva a sus hijos al centro educativo y sostiene que “sobre todos los viernes es misión imposible cruzar la plaza porque te encuentras obstáculos por el suelo a cada paso, en su mayoría desagradables”. El vecino subraya que es un espacio muy frecuentado y “aunque toda la ciudad debería estar bien cuidada, zonas tan transitadas y céntricas todavía más”.

Daniel Alfonso también reside en el distrito Centro y cruza la plaza de Salamero a diario. Además de la suciedad que la rodea destaca el “abandono general” que presenta, ya que “tiene grietas en las paredes, parte del suelo está levantado y roto, igual que algunos bancos o escaleras”. También señala que en ella se encuentra uno de los aparcamientos subterráneos de referencia de Zaragoza del que se benefician “tanto las personas que bajan al Centro para hacer compras o gestiones como los trabajadores de los negocios y empresas de la zona”, y por ello solicita que se actúe sobre la plaza “lo antes posible” para mejorar sus condiciones.

El botellón se ha asentado como uno de los mayores lastres de Salamero. De jueves a sábado Carlota Pascual, quien trabaja en la calle de Cinco de Marzo, asegura que la plaza se convierte “en un espacio fijo en el que beben los jóvenes que salen de fiesta por la noche”, ya que muchos entran después a los bares que allí se encuentran: Canterbury y Point. Antonia Lázaro lleva a sus nietas al colegio Escolapias Calasanz, frente a la plaza de Salamero, y dice que este es “un ejemplo pésimo para los niños, da muy mala imagen y demuestra que falta mucho civismo en la sociedad”.

Alfonso cuenta que la semana pasada instalaron una pequeña zona de juegos para niños que “está muy bien acondicionada”, pero los vecinos esperan que se mantenga limpia y con el suelo en buen estado, “porque si no difícilmente bajaremos allí a nuestros hijos y es una lástima. Con los colegios que tiene alrededor la plaza podría tener mucha vida”.

Esta situación no es exclusiva de la plaza de Salamero, ya que la suciedad y el malestar que se genera en los vecindarios van más allá de las calles del Centro. Raúl Burillo habita en Valdespartera y recuerda que “a menudo la basura se acumula en zonas importantes del barrio y, por desgracia, no contamos con un servicio regular de limpieza como el que existe en el resto de Zaragoza”. Aunque Burillo insiste en que se tendrían que incrementar los servicios de recogida de vertidos, añade que “si todas las personas fuéramos consecuentes y recogiéramos lo que ensuciamos no se darían problemas como estos”.

El pasado 30 de diciembre, el grupo municipal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Zaragoza volvió a sacar a la luz la necesidad de poner en marcha una ‘operación plazas’ que contemple una inversión extraordinaria en 2018 de un millón de euros para hacer frente al deterioro que sufren algunos espacios públicos como la plaza de Salamero. El concejal popular Pedro Navarro también citó como ejemplo de mal estado a la plaza del Justicia, donde “los bancos están rotos, los jardines no tienen zonas verdes, los alcorques están vacíos, el mobiliario urbano deteriorado y las baldosas rotas y levantadas”.

El edil del PP pidió al alcalde Pedro Santisteve y a sus concejales que se dieran “un paseo por el centro de la ciudad para darse cuenta del lamentable estado en que se encuentran las plazas", e insistió en que “su recuperación y mantenimiento deberían figurar entre las prioridades del equipo de gobierno". Los vecinos del centro, según avanza Alfonso, van a llevar una propuesta a los presupuestos participativos de 2018 para que arreglen la plaza de Salamero e insisten en que el Gobierno “debería actuar de oficio porque es su obligación y se tiene que olvidar de hacer distinciones entre vecinos de primera y de segunda”.

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