Falta casi un mes para el fin de año y ya es casi imposible adquirir una entrada para los cotillones más populares de Zaragoza. O los jóvenes tienen ganas de estrenar 2018 o cada vez son más previsores, porque de hecho, el cartel de ‘sold out’ lleva colgado varios días en recintos como la sala Multiusos o el Espacio Ebro del Parque del Agua, las fiestas más demandadas en los últimos años.

Como consecuencia, la reventa se ha activado antes que nunca a través de los portales habituales de internet y, sobre todo, por las redes sociales, donde proliferan los anuncios para comprar "entradas a cualquier precio". La oferta es similar a la de ediciones anteriores. Mucho DJ, música comercial, barra libre y servicio de guardarropa no faltan en casi todos los eventos previstos para esa noche.

El pabellón Príncipe Felipe permanecerá cerrado, después de malas experiencias en el pasado –en 2013 acabó con más de 250 reclamaciones–, y Ferias Lanzuela sigue sin apostar por organizar un cotillón en el Parquin Norte de la Expo, aunque su contrato se lo permite.

Por ello, la sala Multiusos del Auditorio de la capital volverá a acoger el evento más multitudinario gracias a disponer de un aforo de 4.000 personas. El habitual espectáculo de luces, música, confeti y recena sigue convenciendo a los zaragozanos, que han agotado todas las entradas puestas a la venta, a un precio de 48 euros.

En la zona Expo

Por tres euros menos se podían conseguir hasta el pasado sábado, cuando se agotaron, las del cotillón del Espacio Ebro, otro clásico del cambio de año en la capital aragonesa. El recinto cuenta con la oferta habitual en estos casos, y añade un servicio de bus, dada su alejada ubicación en el Parque del Agua. Cuenta con un aforo de 1.450 personas.

De donde todavía se pueden adquirir es del Pabellón de Ceremonias del parque del Agua, en el mismo espacio verde de la ciudad. "Las hemos puesto a la venta esta semana porque no queremos que se solapen", señalan desde El Cachirulo, empresa que gestiona ambos acontecimientos. En el caso del Pabellón, "se trata de una fiesta más acogedora", comentan, ya que se trata de un lugar más pequeño, para 850 asistentes. En este caso las entradas cuestan 42 euros.

En la sala Supernova también se han volcado con la última noche del año, con una fiesta donde no faltará ninguno de los ingredientes habituales de los cotillones de Nochevieja. Ya han agotado las entradas de 45 euros, pero todavía quedan las de 50 y 55 euros. En su caso, además cuentan con una zona VIP (100 euros).

Al margen de las fiestas en grandes recintos, los bares, discotecas y teatros de la ciudad ofrecen un variado cartel de fin de año para que nadie se quede tirado. Algunos establecimientos optan por unir fuerzas. Así ocurre con Canterbury Tabern, Point y 16, en la plaza de Salamero, a los que se podrá acceder con la misma entrada. Quedan las últimas a la venta a un precio de 45 euros.

En la Sala López han apostado por el DJ David Van Bylen (a partir de 20 euros), mientras que en la Sala Reset recibirán con los brazos abierto el ‘techno’ de Víctor Fernández (15 euros). Por su parte, el Teatro de las Esquinas añade a su tradicional cotillón con Starkytch (desde 24 euros), otra fiesta de fin de año de tinte "familiar" para la noche del 30 de diciembre. "Comenzará a las 19.00 y contará con todo tipo de detalles, como regalos, música y, por supuesto, campanadas", explican los organizadores. Los adultos pagan 12 euros y los menores de doce años, 8 euros.

En cuanto a Las Armas, uno de los recintos más concurridos del Casco Histórico zaragozano para cambiar el año, separan su oferta en dos espacios: la sala principal, con la música de los años 60, 70 y 80 de los DJ Pendejo y Luso; y el restaurante, con temas de los 90 y artistas por confirmar. Las primeras 200 entradas cuestan 20 euros.

Orquesta y fuegos en el Pilar

Para aquellos que, en cambio, prefieran una despedida del año gratuita y al aire libre, el Ayuntamiento de Zaragoza les ha vuelto a convocar en la plaza del Pilar. Allí encontrarán bolsas de cotillón (se reparten unas 5.000), uvas, fuegos artificiales y música en directo, en una celebración que se remonta a 1999 y que cada año va a más.