Condenado por trucar los cuentakilómetros de taxis viejos para venderlos con muchos menos

La juez impone un año y nueve meses de prisión a un acusado y absuelve a las otras nueve personas que fueron juzgadas con él por estafa y pertenencia a grupo criminal.

El juicio se celebró en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
El juicio se celebró en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
Aránzazu Navarro

El juicio que se celebró el pasado 28 de septiembre en Zaragoza contra diez acusados de formar un grupo criminal dedicado a alterar los cuentakilómetros de taxis viejos para venderlos con muchos menos se ha saldado con la absolución de nueve de ellos. La juez de lo Penal número 3 ha condenado solo a Nicolae Laurentiu Rarinca como autor de un delito continuado de estafa y le impone un año y nueve meses de prisión. Dos de los encausados ahora absueltos eran trabajadores del taller de la Cooperativa de Taxis de Zaragoza.

La magistrada considera probado que el acusado engañó a dos compradores y les vendió sendos coches con muchos menos kilómetros de los que realmente tenían y por un precio superior al venal y, por tanto, obtuvo un enriquecimiento ilícito. Sin embargo, entiende que no pasó lo mismo en otros cinco casos, en los que también fueron alterados de manera grosera los cuentakilómetros, ya que en estas ventas el precio fue inferior al valor venal que calculó el perito judicial. Para la juez, en estos casos podría hablarse de vicio de consentimiento y causa de nulidad del contrato, pero sería una infracción civil y no penal.

El fiscal acusó a las diez personas de participar en un lucrativo negocio consistente en comprar taxis cuyos propietarios se los querían quitar por usados –el que menos había rodado 300.000 kilómetros y, el que más, 502.000– y dejarlos con cifras mucho más pequeñas. En total, en las ocho operaciones llegaron a descontar a los coches cerca de dos millones de kilómetros. Todos ellos los sacaron a la venta en páginas de internet a precios muy atractivos.

La trama se descubrió cuando uno de los perjudicados averiguó que el Volkswagen Passat que había adquirido por 3.000 euros creyendo que tenía 183.000 kilómetros resultó que realmente había hecho 502.000 durante su vida como taxi. En esta operación, Nicolae Laurentiu pagó al taxista 1.200 euros (el valor venal del coche era de 1.825 euros) y lo vendió por 3.000, con lo que estafó al comprador en 1.175 euros.

La segunda operación que la juez considera delictiva consistió en comprar por 2.500 euros un Toyota Prius con 474.000 kilómetros y venderlo por 3.400 euros marcando 52.000. En este caso, el valor venal era de 2.503 euros, con lo que el enriquecimiento ilícito fue de 897 euros. Hubo una tercera compraventa, pero la estafa fue de 301 euros y no llega a delito.

La magistrada absuelve al resto de acusados, defendidos entre otros por los letrados Marco Antonio Navarro, Carmen Sánchez y Ana Herrando, porque en las operaciones que intervinieron el comprador no resultó perjudicado económicamente.

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