Santisteve fía su futuro a proyectos a largo plazo frente al aluvión de críticas de toda la oposición

Promete cinco mercados, la línea 2 de tranvía, la avenida de Navarra y más planes de barrio. El PSOE hace un duro discurso de ruptura con ZEC mientras CHA pide diálogo en la izquierda. El PP dice que "el tiempo del alcalde se acaba" y C’s acusa al regidor de "vender humo".

Debate del Estado de la Ciudad
Debate del Estado de la Ciudad
Guillermo Mestre

A 17 meses de las elecciones, el debate sobre el estado de la ciudad permitió visualizar ayer la profunda grieta que atraviesa la política local. A un lado quedó el alcalde, Pedro Santisteve, que no sedujo al resto de los grupos, sobre todo al PSOE, y que para salvar su mandato se aferró a proyectos a largo plazo cuya ejecución no puede garantizar. Al otro se situó la oposición, especialmente el PP y los socialistas, los partidos que aspiran a arrebatarle el cargo en 2019 y que ya no le conceden crédito. Los dos dieron la corporación por acabada.

"Después de escalar una montaña muy alta, descubrimos que hay muchas otras montañas por escalar". Con esta cita de Nelson Mandela abrió el alcalde sus 55 minutos de discurso, colocándose en la estrategia de la excusa. Y lo cerró con la mezcla de victimismo y autoexculpación que impregnó su mensaje. "Hemos tropezado y no nos ha quedado otra que levantarnos una y otra vez", afirmó.

El alcalde comenzó en el terreno más cómodo: el de las políticas sociales y de igualdad, el del relato de las ciudades "como segunda piel". Pero no tardó en virar hacia su principal objetivo. Con los sondeos en contra y una imagen de soledad y conflicto, esgrimió la reducción de la deuda como logro. Eso sí, dijo no estar satisfecho "con la limpieza de nuestras calles ni con el mantenimiento de las zonas verdes", sin avanzar un plan para arreglar el problema.

Incidió en su capacidad de pacto. Hizo hincapié en la cesión de la avenida de Cataluña con Fomento, en el convenio con la DPZ para los barrios rurales y, sobre todo, en la ley de capitalidad. "Javier, gracias por haber hecho posible este acuerdo", le dijo al presidente Lambán, que estaba presente. Obvió, eso sí, los múltiples conflictos que separan a las dos instituciones, como la deuda del tranvía. Además, sembró su discurso de guiños a PSOE y CHA, al recordar los acuerdos alcanzados, como en los presupuestos. En esto, les invitó a repetir de cara a 2018.

Pero a lo previsible añadió dos novedades. Sorprendió en primer lugar al anunciar varios proyectos que fió al largo plazo y que, como le recordó la oposición, no tiene opciones de consolidar en 2018 porque ni hay presupuesto ni tiempo. En esta clave, prometió cinco mercados públicos en diez años en Parque Venecia, Actur, Arrabal, Las Fuentes y Delicias-Oliver-Valdefierro, con 15 millones de inversión.

Habló de planes de barrio para toda la ciudad, a pesar de que el debate de 2016 anunció cinco y solo ha presentado el de San José. Afirmó que los 8 millones de la ley de capitalidad se destinarán a estos planes y que relanzará la línea 2 del tranvía, proyecto al que vinculó la reforma de la avenida de Navarra, que precisa de 30 millones. También citó un plan de ampliación y rehabilitación del parque de vivienda de alquiler a seis años y con 30 millones de coste.

La segunda sorpresa fue que, sin esperar al cuerpo a cuerpo vespertino, abroncó a la oposición, especialmente a PP y Ciudadanos, una estrategia nada habitual en este tipo de debates, dado que quien se examina y hace balance es el alcalde. A los populares les acusó de ser un partido "de poca utilidad", de hacer bandera de la "obstrucción, el entorpecimiento y el bloqueo" y de mantener una "política del no" y puso de ejemplo su recurso (exitoso) contra la ampliación del servicio Bizi. A Ciudadanos le tachó de "leales seguidores del PP". "Zaragoza no necesita un nuevo PAR, sino una fuerza más diferenciada de la derecha más casposa de Aragón", criticó.

Más atención suscitó el tono crítico con el PSOE, con el que su convivencia es "turbulenta, agitada y alborotada". No engrasó la relación al decir que los socialistas no asumen que ZEC haya puesto "patas arriba" su gestión entre 2003 y 2015. Y con tono de reproche le preguntó al portavoz del PSOE, Carlos Pérez Anadón: "¿No le parece que ya es tiempo de sentarnos a hablar de política?". Solo salvó a CHA, a la que calificó de "míster Hyde" por criticarle de vez en cuando.

En el cierre de su discurso, el alcalde se quejó por la "incomprensión" y por la severidad con la que se les evalúa, antes de pedir indulgencia. "El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura", concluyó parafraseando a Unamuno. Pero la oposición no estaba ayer por asumir la tesis de que solo se puede acertar una vez de cada cien.

Los grupos, salvo ZEC, incidieron en los "olvidos" de Santisteve: en su primera intervención no habló de municipalizaciones, ni del ‘outlet’ de Torre Village, ni de Averly, ni el proyecto de la residencia en Pontoneros, ni de la Policía Local, ni de los juzgados de la plaza del Pilar, ni del Impuesto sobre la contaminación de las Aguas (ICA)... Entre los descuidos, no se refirió ni a los desahucios ni a las inmatriculaciones de la Iglesia.

Recordaron las promesas incumplidas del debate del año pasado (barrios comerciales, compra de energía, oficina antifraude...), y que las propuestas esbozadas por el alcalde no tienen reflejo presupuestario.

El portavoz del PP,Jorge Azcón, calificó a ZEC de "perjudicial para la ciudad". "Su tiempo de alcalde se acaba", le espetó a Santisteve. Sostuvo con varios ejemplos que el gobierno "pone su ideología por encima de los técnicos, siente aversión a cumplir la ley y es incapaz de llegar a acuerdos".

Y atacó el "gracias, Javier" de Santisteve a Lambán. "¿A quién quiere engañar? Nunca ha habido unas relaciones tan malas entre el Ayuntamiento y la DGA, que está maltratando a los zaragozanos". Azcón abrió la veda crítica con el PSOE, al que acusó de "pagafantas" de ZEC, y empezó a plantear alguna propuesta, sobre todo de movilidad, en su afán de perfilarse como alternativa de cara a 2019.

Pero más llamativo fue el tono agrio de Pérez Anadón. Por momentos fue más duro que Azcón, pese a apoyar a Santisteve en la investidura y aprobarle sus presupuestos. Tras recordarle que "ha fracasado" en su intento de "criminalizar" al gobierno anterior, aludió a las "grietas de su proyecto" y a la "decepción" generada en los dos últimos años y medio.

Crisis entre PSOE y ZEC

Sin alusión a los proyectos compartidos, Pérez Anadón habló de un gobierno "aislado", instalado en "la posverdad", que "ha paralizado" una ciudad sumida "en la modorra" con un alcalde "sin liderazgo". Se refirió al "fanatismo" de ZEC, afirmó que sus críticas a los jueces "dan vergüenza ajena" y atacó que haya frenado el tranvía, un proyecto apadrinado por el PSOE. "El tiempo se ha terminado. Su apuesta es caminar en solitario a pesar de que se dirige a un muro contra el que se estrellará. Su fracaso condena a Zaragoza", afirmó en tono de ruptura.

CHA también tuvo un punto crítico –"les falta ambición, el cambio prometido no ha llegado", dijo su portavoz, Carmelo Asensio–, pero sí apostó por "el diálogo" en la izquierda. La líder de Ciudadanos, Sara Fernández, acusó a Santisteve de "vender humo" y de dar "el discurso menos trascendente de los últimos años".

En su réplica, Santisteve criticó al resto de grupos por convertir el debate en un "circo electoral" y les pidió que no den por terminada la corporación. Para lograrlo, corrigió el tiro y tendió la mano al PSOE: "Tenemos que poner en valor lo que nos une, salir del círculo de los problemas personales y sentarnos a hablar de política". Pérez Anadón respondió con una confesión: "En el último año hemos estado dos veces que han sumado 40 minutos, ya me dirá el esfuerzo que ha hecho para que haya diálogo con la izquierda".

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