Encendido navideño frío y descafeinado

La feria de la plaza del Pilar estrenó ayer sus atracciones en una tarde heladora en la que el alcalde ni pulsó el botón del alumbrado ni se lanzó en trineo cabeza abajo.

Dos de los primeros intrépidos en hacer uso del tobogán de quince metros de altura.
Dos de los primeros intrépidos en hacer uso del tobogán de quince metros de altura.
Oliver Duch

Las discretísimas luces navideñas de la calle Alfonso se encendieron este viernes como por arte de magia. Esto es, a los zaragozanos se les privó de la típica estampa del alcalde presionando un botón XXL y produciendo un bajón de tensión en los hogares de media ciudad. Tampoco se reeditaron las divertidas escenas de otros años con los concejales lanzándose osados por la tirolina –y batiendo sus piernecitas cuando esta se queda parada a mitad– o saltando sobre un rosco gigante para descender 15 metros por un ‘esbarizaculos’ helado.

A falta de un pulsador de atrezzo y de actividades de cierto riesgo, lo que sí hubo fue paseíllo por el increíble belén menguante de la plaza del Pilar –serán 1.800 metros cuadrados pero cada año parece más pequeño– y una visita a las casetas de los artesanos, que anoche atendían a sus primeros clientes únicamente interesados en comprar guantes, gorros y bufandas. El intenso frío hizo que el paseo por las atracciones de la muestra navideña se hiciera a lo Usain Bolt y también restó presencia de zaragozanos –otros años había filas– ávidos por ser los primeros en colgar su tarjetón del árbol de los deseos.

El ‘photocall’ lo hicieron este año el alcalde Pedro Santisteve y el concejal Fernando Rivarés junto a un muñeco de nieve de tres metros de altura que es –acaso– la única novedad de la feria de 2017. Está situado junto a la pista de hielo, esto es, junto a la fuente de la Hispanidad, y ya se ha puesto en marcha una campaña a través de las redes sociales (bueno, solo de Facebook) para buscarle un nombre.

La plaza del Pilar se viste de Navidad

En el estreno de este viernes el alcalde definió la plaza del Pilar como "un lugar de encuentro, divertimento y convivencia" y –¡pero cómo es posible!– pareció pillarle por sorpresa el que los periodistas le pidieran que lanzara un mensaje de felicitación para los zaragozanos. "Eehh, paz, salud y que lo pasemos muy bien todos", dijo Santisteve, poco después de insistir en aquello de que su gobierno "quiere ahorrar energía –también en la decoración navideña– porque el cambio climático preocupa mucho".

Más lenguaraz, como acostumbra, estuvo el concejal Rivarés, que recordó la apuesta por el talento local en la muestra y deseó a todos "feliz solsticio". También comentó una de las novedades del mercadillo que es la posibilidad de degustar un vino caliente con especias, al modo centroeuropeo, en unas tazas especiales diseñadas para la ocasión y que luego el cliente puede llevarse de recuerdo (previo pago de 5 euros de depósito). "Así conseguimos que desaparezcan los vasos de plástico por lo que es también una buena medida medioambiental", explicó el responsable de Cultura.

La comitiva municipal estuvo formada asimismo por las concejales María Navarro (PP) y Sara Fernández (C’s) pero no contó con presencia de PSOE ni de CHA. También causaron baja por tercer año consecutivo el arzobispo y los infanticos, en este caso, porque el gobierno municipal no los invita. Así, al salir del belén, los presentes se detuvieron para escuchar a la coral municipal Salduie y a la agrupación musical Trío Tono. Este sábado les cogerá el testigo el grupo Raíces de Aragón, que a partir de las 18.00 interpretará villancicos en el escenario ubicado frente al Consistorio. Los organizadores confían en que durante el fin de semana –si no hay ola de frío siberiana– puedan pasar por la muestra más de 20.000 visitantes.

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