¿Cuántas calles de tráfico restringido hay en Zaragoza?

Hace unos años se establecieron en más de 200 los espacios con acceso vetado a la circulación, salvo en caso de entrada a garajes o carga y descarga.

Tener un inventario completo de las calles de acceso restringido de la capital aragonesa es complicado. No obstante, hace un par de años, en los albores de las discusiones sobre si las bicis podían circular o no por aceras, bulevares y pasarelas, el Ayuntamiento elaboró un documento que ‘indultaba’ un total de 214 zonas de tráfico restringido. Se incluían, entre otras, un buen puñado de calles céntricas como las del Deán, Pabostría, Espoz y Mina, Contamina, San Pablo, Zurita o Sanclemente. También se añadían entonces plazas como la del Justicia, la Magdalena o la propia del Pilar, en donde hay instalada una estación Bizi, cuyos usuarios deben acercarse siempre a pie.

La gran mayoría de calles de acceso restringido se agrupan en el Casco Histórico. En el corazón de la ciudad figuran, al menos, 60 viales con restricciones que generalmente no se respetan para disgusto de los vecinos. Se trata de prohibiciones de paso salvo para acceso a garajes o a zonas de carga y descarga en horarios específicos.

Los más claros botones de muestra son calles como Méndez Núñez, Ossau o Cinco de Marzo. Esta última, además, puede presumir de ser uno de los viales con más tráfico peatonal de Zaragoza: hasta 20.000 personas la transitan a diario como atajo entre Independencia y la plaza de Salamero.

Las últimas calles en incorporarse al listado de acceso restringido (aún sin bolardos ni cámaras, sino tan solo con placas y señales) son las de Trinidad y Santo Dominguito del Val. Ambas, adyacentes al Coso Bajo, acaban de ser objeto de una reforma: se han remodelado para convertirse en vías de plataforma única con fuertes restricciones de tráfico que, el Ayuntamiento ha comprobado que no se cumplen. En consecuencia, esta semana ha comenzado una campaña de control de acceso en la que la Policía Local advierte de que los peatones tienen en todo caso preferencia de paso y que pueden pasear libremente por toda la anchura de la calle.

Los vecinos residentes en el entorno de San Pablo llevan años exigiendo al Consistorio un mayor control de tráfico en las calles semipeatonales mediante mecanismos como tarjetas identificativas, bolardos móviles o cámaras que lean las matrículas. Consideran que el permiso que posibilita circular por estas zonas es un «fantasma administrativo» y que no se respetan las ordenanzas municipales. La sanciones por circular por zonas peatonales van de los 50 a los 200 euros, y pueden dispararse hasta los 500 si se conduce de forma brusca o temeraria y se pone en riesgo a los peatones.

No obstante, aunque el centro concentre la mayor parte de zonas de acceso restringido, también hay numerosas calles en los barrios consolidados de la ciudad que deberían someterse a evaluación. Sirvan los ejemplos de la calle Delicias, que vertebra el barrio más poblado de Zaragoza, de Reina Fabiola o el andador Luis Puntes (San José) o, incluso, algunos viales de nueva creación como Los Caprichos o Los Tapices en Parque Goya.

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