La gestión óptima de la materia orgánica es la piedra angular en un buen sistema de gestión de residuos. La Unión Europea obliga a que en el año 2020 se recuperen el 50% de los residuos y en España hay comunidades autónomas avanzadas en las que se están aplicando medidas para conseguirlo, como Navarra, País Vasco y La Rioja. Aragón no quiere quedarse atrás y la previsión es que el año que viene se comience a instalar en las calles de Zaragoza un quinto contenedor exclusivo para reciclar residuos orgánicos y favorecer así a su recuperación.

Será de color marrón y en él se depositarán las materias biodegradables de jardines y parques, alimenticias y de cocina, para que la mayor parte se pueda convertir en compost. De este modo, el nuevo contenedor convivirá con los ya asentados de color amarillo (plásticos y latas), azul (papel y cartón), verde claro (vidrio) y el clásico verde oscuro, en el que hasta ahora se vertían todos los residuos que no tienen cabida en los citados contenedores y los restos orgánicos.

La prueba piloto para comprobar si funciona la instalación del contenedor marrón en Zaragoza y si los ciudadanos se implican en el reciclaje se realizará en el Actur, en 2018, ya que se trataba de una de las opciones preferidas por los técnicos del Ayuntamiento y las propias asociaciones vecinales del distrito fueron las primeras en pedir su instalación. El nuevo sistema afectará a unas 50.000 personas y se pondrá en marcha con un coste de 258.000 euros, en el que se incluye la adquisición de 127 unidades de nuevos contenedores. La previsión del Consistorio es que se implante en el resto de calles de la ciudad en años venideros para cumplir los objetivos de la normativa europea.

Emilio Rodríguez, presidente de la Asociación Vecinal Actur-Rey Fernando, señala que “aunque siempre hay gente reticente ante cualquier novedad, en el barrio estamos en líneas generales muy satisfechos y concienciados”. La distribución del barrio es una de las cuestiones técnicas fundamentales que ha permitido que se instale en el Actur la prueba piloto, porque “en el Ayuntamiento buscaban una zona en la que se pudiera hacer la recogida de los contenedores marrones dentro de lo que es una jornada laboral”, precisa Rodríguez.

Para facilitar el trabajo de los operarios de limpieza se van a instalar en el cuadrante que se forma  entre las calles de Valle de Broto, José Atarés, la carretera de Huesca y la avenida de Ranillas. El representante vecinal recuerda que “hubo peticiones para que se ubicara alguno en la zona de Parque Goya o en Kasán, pero nos indicaron que al tener que desplazarse los camiones ya no se cumpliría con la jornada laboral establecida”.

El concejal de Servicios Públicos, Alberto Cubero, se acercó la semana pasada al Actur para reunirse con los vecinos y explicarles por qué se había optado por este distrito y cuál será el proceso de recogida, “aunque cuando se tengan todos los detalles definitivos se hará una convocatoria pública para todo aquel que quiera asistir y conocerlos”, señala Rodríguez. A los vecinos lo que se les pide es participación, porque según lo que se les explicó en la reunión “la idea es que los contenedores de la prueba piloto tengan llave”.

La gente que esté realmente concienciada y quiera participar la solicitará para poder abrir los contenedores, una práctica que se espera “que funcione correctamente en el vecindario”, apuntan desde la asociación Actur-Rey Fernando, porque “la materia orgánica ya se estaba bajando diariamente, solo habría que incorporarla a otro contenedor”. El único problema que plantean en el barrio es que llevar a cabo el reciclaje “obliga a las casas a tener otro recipiente más a parte de los de plástico, cartón y vidrio, y hay viviendas que no tienen mucho espacio”.