"Ser cuidador es una carga que asumo con gusto, pero hacen falta más ayudas"

Manuel Medina, de 65 años, es uno de los aragoneses que asiste a un familiar dependiente. Un 47% de los cuidadores en la Comunidad se hacen cargo de personas de su propia familia.

Manuel Medina, de 65 años, y su mujer, Soledad Gómez, de 68.
Manuel Medina, de 65 años, y su mujer, Soledad Gómez, de 68.

Manuel Medina, un zaragozano jubilado de 65 años, lleva toda una vida dedicado al cuidado de su esposa, de 68. Ella, vecina del barrio de La Jota, sufrió un accidente en la bañera hace casi 30 años que la dejó en silla de ruedas, y de no ser por él –cuenta– hoy no podría ni salir de casa. Él es quien se ocupa en consecuencia de todos los quehaceres que hay dentro y fuera del hogar; la ayuda para vestirse, ducharse y realizar cualquier tarea que precise al cabo del día. "Esto es duro a diario, porque supone estar encima de la persona continuamenteLo hago muy a gusto porque es mi mujer y la quiero mucho, pero hace falta más ayuda que los 150 euros que nos da ahora el IASS", reivindica Manuel, quien tuvo que prejubilarse a los 58 años tras sufrir un infarto.

Rosa Valencia, de 68, ha vivido también una situación parecida. En su caso, con su madre, de 101 años, de la que ha cuidado hasta hace prácticamente unos meses, cuando les concedieron -después de años esperando- una plaza en una residencia pública de Zaragoza. "El sufrimiento ha sido gordo -confiesa-. He estado con ansiedad y depresión, porque mi madre con su demencia necesitaba una persona con ella todo el día, y yo no me la podía traer a casa porque vivo de alquiler en un piso sin ascensor. Había días que tenía que estar 16 horas con ella porque necesitaba ayuda para todo", cuenta esta zaragozana. El conseguir una plaza de residencia el pasado mes de octubre ha sido sin duda un "regalo" para ambas. "Ahora me he apuntado a varias cosas, pero sigo yendo a ver a mi madre todos los días porque no quiero que pierda el habla", relata esta cuidadora.

Ser cuidador es una carga que asumo con gusto, pero hacen falta más ayudas

Rosa Valencia, de 68 años, junto a su madre, de 101.

Aragón, con una proporción de mayores que supera el 21%, es una de las Comunidades más envejecidas de España. En torno a 407.583 personas en la Comunidad son mayores de 65 años y, según el estudio de investigación sociosanitaria sobre cuidadores de personas dependientes, elaborado por Lindor y la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, en el 47% de los casos el familiar –como sucede con Manuel y con Rosa– es el cuidador principal de estas personas. Así lo corrobora Paloma González, presidenta de la Sociedad Aragonesa de Geriatría (SEGG), quien precisa que esta realidad presente en todo el territorio se hace aún más notable en el medio rural. "Yo trabajo en Teruel y allí en los pueblos de la zona los cuidadores son gente que está bastante aislada y no puede contar muchas veces con cuidadores profesionales. En el medio rural este soporte es eminentemente familiar y, de hecho, hay muchos ancianos que tienen que abandonar el pueblo si se quedan sin familiares porque conseguir que se desplace un cuidador profesional al pueblo es bastante complicado", asegura.

Según el estudio realizado por la SEGG, el 70% de los cuidadores lleva más de tres años cuidando de la persona dependiente y dedicándole un tiempo medio de entre 6 y 12 horas al día, es decir, más de una jornada laboral. Cuidar afecta y condiciona la vida diaria del cuidador, especialmente en lo que respecta al tiempo libre (en un 82%) y a la vida familiar en un 70%, según esta encuesta realizada a más de 800 cuidadores de toda España. "A nivel emocional –subraya la doctora González– el hecho de tener una persona que dependa totalmente de ti las 24 horas del día produce muchísima sobrecarga. Hay una patología afectiva y emocional muy fuerte relacionada con el cuidado que no se puede pasar por alto", puntualiza esta geriatra, cuya recomendación se centra en una frase que, aunque pueda sonar a 'tópico', es una realidad que necesita sumar adeptos: "cuidar al cuidador es muy importante porque si los cuidadores no se cuidan se puede producir la rotura de la dinámica familiar. Cuando una persona dependiente depende de un solo cuidador y este no recibe ayuda, el cuidador acaba claudicando, y nos encontramos con que muchas veces claudica antes el cuidador que la persona cuidada. Mi consejo para estas personas es que se dejen ayudar, que pidan ayuda y que tengan un tiempo de desconexión del cuidado, porque esto es muy importante para su salud", subraya esta especialista con motivo del Día del Cuidador.

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