Los profesores podrán medicar a crónicos si los padres lo autorizan y hay prescripción

La DGA ultima el protocolo para atender a alumnos con estas patologías. Abogan por que el fármaco se dé fuera del horario escolar, pero deja la puerta abierta a que los docentes puedan hacerlo.

Aula de Used, del CRA Cerro de Santa Cruz, con un gran porcentaje de interinos.
Aula de Used, del CRA Cerro de Santa Cruz, con un gran porcentaje de interinos.

Los departamentos de Sanidad y Educación ultiman las instrucciones por las que se regirá la atención al alumnado con enfermedades crónicas así como las asistencias en situaciones de urgencia y emergencia en los centros educativos. Facultativos y padres de niños con estas patologías habían reclamado en numerosas ocasiones un protocolo de estas características para saber cómo deben actuar los docentes y hasta qué punto pueden intervenir. Hay decenas de niños escolarizados que sufren alergias, enfermedades raras o diabetes infantil.

A punto de culminar el plan, Sanidad y Educación han acordado que en un principio, con carácter general, los fármacos se administrarán fuera del horario escolar. No obstante, contempla la posibilidad de que esto no sea posible. Por ello, estima que si la familia o tutores legales pueden atender al menor dentro el horario escolar, el centro educativo facilite esta atención. Pero también, recoge el hecho de que el colegio administre la medicación por vía oral a menores, de forma ocasional o prolongada, como consecuencia de patologías agudas o crónicas. Eso sí, el protocolo hace hincapié en que se valorará cada caso y deberán cumplirse una serie de requisitos. Entre otras cuestiones, exigen que medicación esté prescrita por personal sanitario colegiado, bien por pediatra, médico de familia o especialista, y la firma de un consentimiento informado por parte de los padres. "La administración en el centro docente se valorará de forma individualizada en cada caso, con el acuerdo de todas las partes implicadas", resalta el protocolo. Es decir, esto supone que los profesores tienen que estar de acuerdo con la idea de facilitar la medicación al menor y dependería de la voluntad del profesorado, algo de lo que ya depende ahora.

En casos de emergencia

El protocolo no solo informa de la asistencia a niños con enfermedades crónicas, sino cómo deben actuar los colegios en situaciones de urgencia o emergencia. En esta cuestión, la Administración apuesta por que todos los centros docentes dispongan de un botiquín básico de primeros auxilios. Junto a este, deberán situarse los teléfonos de emergencia, "sin perjuicio de que puedan estar visibles en otros espacios que el centro educativo decida".

Pero en caso de una atención urgente, ¿qué pasos deberán seguir los trabajadores de los centros educativos? Tras evitar que la situación sea más grave para el alumno o la persona afectada o que los daños se hagan extensivos a los demás, el personal del centro deberá avisar a los servicios de emergencia (112 o 061) a "la mayor celeridad y proporcionar todos los datos que soliciten". Pero, además, atenderá en primera instancia al afectado siguiendo las indicaciones del profesional sanitario del servicio de emergencia, que estas instrucciones "tienen la misma eficacia que una prescripción escrita".

Para que el personal de los colegios y los alumnos estén preparados ante cualquier situación de emergencia, Educación, Sanidad y otras entidades relacionadas con el ámbito sanitario podrán formalizar acuerdos para que los docentes y los alumnos reciban formación y asesoramiento sobre situaciones de emergencia, así como información sobre la atención al alumnado con enfermedades crónicas. De hecho, según pudo saber este periódico, la idea es poder difundir este protocolo entre docentes y asociaciones de crónicos.

Reivindicación de antaño

La atención a niños con enfermedades crónicas ha sido una de las asignaturas pendientes por parte del Gobierno de Aragón durante años, al tener que ponerse de acuerdo dos Departamentos, Sanidad y Educación, y haber previamente muchas reticencias. Hay padres incluso que apuestan por que los colegios cuenten con una enfermera para atender cualquier atención urgente, ya que otras comunidades sí que han dado ya este paso. Incluso hay casos que han llegado a los tribunales para reclamar la asistencia por una profesional sanitaria.

Los padres de un pequeño de Zaragoza que sufre fuertes convulsiones que ponen en peligro su vida interpusieron a principios del año pasado un recurso contencioso administrativo para solicitar que hubiera asistencia sanitaria en el centro educativo. De momento, la madre de este pequeño vive día a día con la angustia de que sufra alguno de estos ataques durante la jornada escolar.

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