Una vuelta de tuerca a la repostería de toda la vida

100% personalizadas y totalmente únicas, así son las tartas creativas que piden los zaragozanos.

Sandra Ibáñez y David Gómez, gerentes de 'Toque de Canela'
Sandra Ibáñez y David Gómez, gerentes de 'Toque de Canela'
C. I.

Con el paso de los años, la repostería tradicional ha ido evolucionando y modernizándose hasta llegar a las tendencias actuales protagonizadas por el color, la variedad, la creatividad y las formas y figuras imposibles y 100% personalizas. La repostería creativa aterrizó en Zaragoza hace unos años, pero es ahora cuando está viviendo por su época dorada.

Aunque son pocos, cada vez son más los locales que apuestan por este nuevo tipo de repostería caracterizada por ofrecer postres totalmente únicos e irrepetibles. Esa es, según sus artífices, la clave de su éxito. “Hoy en día se puede hacer prácticamente cualquier cosa en forma de tarta, nuestro trabajo es transformar ideas en dulces. Todavía es un concepto nuevo pero cada vez hay más gente que se anima a probar”, aseguran Sandra Ibáñez y David Gómez, gerentes de ‘Toque de Canela’, local ubicado en San Vicente de Paúl.

Teléfonos móviles, botellas, motos y coches… a lo largo de los últimos tres años, en su obrador han preparado casi de todo: “Nuestro objetivo era dedicarnos al mundo de la pastelería artesana creativa, y sobre todo darle una vuelta de tuerca a la tarta de toda la vida”. Sea como sea, la personalización es total tanto dentro como fuera de la tarta. “Hay mucha gente que viene y tiene muy clara la figura, pero no sabe de qué quiere que sea la tarta, hay otros que piden combinaciones muy poco habituales”, reconoce Ibáñez.

Desde objetos cotidianos hasta protagonistas de conocidas series como R2-D2 -de la saga Star Wars- o Pocoyo, así como camisetas de equipos de fútbol o el mismísimo trono de hierro de Juego de Tronos se transforman en suculentos dulces decorativos, aunque, aseguran, todavía vence lo tradicional: “Nuestros productos más vendidos son la tarta de zanahoria y coco –que proviene de una receta familiar-, la Red Velvet o la tarta de Linz, conocida por tratarse de la más antigua del mundo”.

Sobre estas tartas, se sitúa una figura hecha de fondant, una pasta parecida a la plastilina pero, en este caso, comestible. “Para nosotros cada tarta es una pequeña obra de arte, incluso hay gente que no se la come y decide guardarla de recuerdo”, asegura Gómez mientras muestra algunas de sus últimas obras: un cocinero, un sándwich o un unicornio.

Aunque ambos coinciden en que se trata de una moda pasajera, aseguran que la repostería siempre estará a la orden del día. “Repostería va a haber siempre pero la evolución es constante. Ocurrió lo mismo con los cupcakes, que se siguen pidiendo bastante”, reconoce Gómez. Además, en contra de lo que pueda parecer, la gente cada vez reclama postres más sanos. “Por eso tratamos que las tartas que acompañan a estas figuras sean lo más sanas posibles y hemos añadido nuevos elementos como el fondant vegano”, explica Gómez.

Estas tartas se miden en raciones, y pueden ir desde las 6 hasta las 150 –más habituales en bodas o grandes eventos-. En cuanto al precio, dependerá de la complejidad de su elaboración, pero puede ir desde los 25 euros “hasta lo que tú quieras gastarte”.

Un centenar de tartas al mes

En el barrio del Actur, en la calle Rosalía de Castro, se encuentra la Pastelería Chez Glace, una de las primeras empresas especializadas en repostería creativa que abrió sus puertas en Zaragoza hace ya 6 años. “Se trata de una moda que viene de países como Inglaterra o Estados Unidos. Yo empecé con las flores decorativas hechas en fondant, y pronto pasé a las figuras de todo tipo”, explica Miguel Torres, su gerente.

Ahora, el zaragozano asegura que el negocio está en auge, y que realiza en torno a un centenar de tartas al mes, algo que conlleva pasar un gran número de horas en el  obrador. “Existe un gran desconocimiento en torno al mundo de la repostería creativa,  desde gente que duda de si se puede comer o no, a quienes no se imagina las horas que puede costar realizar una de estas obras”, asegura.

En cuanto al target que consume este tipo de repostería en Zaragoza, asegura que la mayor demanda se encuentra entre el público infantil y a partir de los 35 años, “este es un público más exótico y que pide cosas más curiosas”, asevera. Entre sus piezas más curiosas, se encuentra un violín de 12 raciones, una figura de un joven arrodillado con la que pidió matrimonio a su pareja, o una cabeza de jabalí para 100 personas. “Estas tartas las piensas, las dedicas y son únicas e irrepetibles, no puede ser más personalizado”, concluye el repostero.

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