“A Trump lo haría desaparecer una temporada. Es lo opuesto a la magia”

Juan Tamariz (Madrid, 1942) presenta en el Auditorio de Zaragoza los días 10 y 11 de octubre su espectáculo ‘Magia potagia y más’.

Juan Tamariz
“A Trump lo haría desaparecer una temporada. Es lo opuesto a la magia”

-Llega a la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza con ‘Magia potagia y más’. ¿Pero qué más ofrece en este espectáculo? Si ya lo ha hecho todo…

-Nooo, qué va (risas). Hay novedades y trucos que he desarrollado últimamente, aunque mucha parte del espectáculo son juegos clásicos en mi carrera.

-Con más de 40 años de profesión no le faltará repertorio...

-Como por suerte he hecho muchos tengo más donde elegir. Y ese ‘y más’ del espectáculo creo que le da un plus de alegría, de diversión y de participación.

-¿Qué papel juega el público en sus trucos?

-La participación del público es muy grande. Una parte sube, me ayuda, colabora… pero es voluntario. Lo digo porque hay quien viene con miedo.

-Con dos días con el aforo prácticamente completo va a tener muchos voluntarios…

-Dese cuenta que habrá muchas mujeres. Con mis ojos azules es normal que se llene (risas).

-Muchos de sus juegos se basan en la magia de cerca, para un reducido grupo de personas. ¿Cómo consigue trasladar la cartomagia en grandes escenarios?

-Para eso está la tecnología. Cuando se trata de teatros y salas con mucho público proyectamos en una pantalla y así los naipes que son de 10 centímetros aparecen gigantes y todo el mundo lo ve bien.

-En su juventud, usted pasó de lo físico a lo mágico…

-Hice unos cursos de Ciencias Físicas. No llegué más que a tercer año y luego me pasé a Dirección de Cine, en la Escuela de Cine de Madrid, porque el cine y la magia están muy unidos. La magia es la madre del cine y era lo que más atraía.

-¿Cómo fueron sus comienzos profesionales?

-Durante varios años no me contrataba nadie porque al principio no había lugar para lo que yo hacía. En aquella época, lo que se llevaba eran las salas de fiestas donde se tenía que actuar con un frac estupendo y con música ante un público muy heterogéneo.

-¿Qué hizo entonces?

-Estuve así cuatro o cinco años pero era feliz porque me daba tiempo a estudiar los libros de magia de la Fundación Juan March, que cuenta con cerca de 2.000 volúmenes sobre la materia. Estudié y estudié gracias a que no me contrataban.

-La magia es mucho más que destreza y habilidad…

-Hay mucho ensayo, porque participa el cuerpo, los dedos, los brazos... y luego existe una parte analítica muy psicológica. A veces, el público no se da cuenta de que un juego que dura cinco minutos te ha llevado tres años. Cosa que es hermosa porque han sido tres años de gozo.

-¿Cómo llegó al mundo de la televisión y a participar en un programa tan popular como fue ‘Uno, dos, tres…’?

-Fue un engaño amable que me hizo Chicho Ibáñez Serrador. Hice un programa de magia en televisión que le gustó mucho y me llamó para ver si quería mostrar mis trucos en la segunda etapa de su programa. Me explicó que se había puesto enfermo Don Cicuta y que si podía interpretar antes el personaje de Don Estrecho durante una o dos semanas. Pero finalmente aquello se alargó varios meses hasta que le dije que yo era un pésimo actor y que lo que quería era hacer magia.

-Conjugar el humor y la magia, ¿es el mejor truco para ser feliz dentro y fuera de su profesión?

-No soy humorista, no cuento chistes, ni monólogos, ni escribo nada de lo que voy a decir sino que cuando hago un truco estoy tan contento que el humor en mi caso es una manifestación de alegría. En la magia hacemos un arte hermosísimo pero además nos divertimos todo lo que podemos.

-De Aragón han salido grandes magos. Entre ellos Pepe Carrol…

-Éramos muy amigos y estábamos siempre juntos. Obviamente, por la diferencias de edad, aprendió algunas cosas de mí, pero tenía una personalidad y un arte tan grande que supo trazar su propio camino.

-¿A quién haría desaparecer si pudiera?

-No haría desaparecer del mundo a nadie pero sí que me gustaría que alguno se fuera un tiempo por ahí perdido y se quedase 40 o 50 años apartado. El primero que está haciendo cosas terribles y antimágicas es Trump. Es lo opuesto a la magia.

-¿Qué magos le han inspirado a lo largo de su carrera?

-Muchos, muchísimos. Personalmente, José Frakson. Me enseñó que la magia es un arte de amor, que hay que amar con pasión lo que haces, dedicarle esfuerzo, energía, alegría, positividad y también hay que querer y respetar al público. Si vas a un teatro para que te aplaudan y te paguen lo único que vas a conseguir es que tu ego se haga cada vez más grande hasta que explote de feo.

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