Seis de Santacoloma. En lo bueno y en lo malo. De lo que mira. De lo que plantea dificultades. De lo que hace dudar. Pero también de lo que se entrega y muere con la boca cerrada. Ayer, desembarcó la artillería de Los Maños para poner fin a otra temporada rayando al más alto nivel.

Palmero se llevó la tarde. Lidiado en cuarto lugar, recibió una sonora ovación de salida y se marchó con una merecida vuelta al ruedo. Hermano del novillo indultado el pasado año en Cella, se arrancó de largo al caballo con la penca del rabo arriba y peleó metiendo los riñones. Puso en apuros a los de los rehiletes y derrochó clase y bravura en la muleta de un Jorge Isiegas que, a pesar de hacer un gran esfuerzo, jamás le pudo. El novillo siempre fue a más. Exigente a más no poder. De los que obligan a estar firme y a llevarlos siempre toreados. Isiegas dejó muletazos de buen trazo y gran plasticidad pero no terminó de cogerle el aire ni la distancia. Pecó de encimista y únicamente le pudo cortar una oreja. El novillo fue de dos y medio cortijo.

Con el abreplaza pudo salir por la puerta grande. Le formó un lío. Siempre firme y con gran habilidad, supo llevar al animal a su altura y consiguió sacarle series profundas y de gran mérito. El animal adoleció de fuerzas e Isiegas, muy inteligente, lo llevó siempre cosido a la franela dejando muletazos de bella factura. Sensacional. Se pasó de faena y la tizona le hizo perder los trofeos. Zaragoza le espera.

Ángel Téllez, autobús mediante, también tocó pelo y se marchó con el traje impoluto. Al buen tercero, Quejoso de nombre, le pegó una soba tremenda con la capa y pemitió que su picador barrenase a placer. Con saña. Mal.

Con la muleta, el chaval evidenció la falta de rodaje y mostró todas sus carencias. Siempre mal colocado, retorcido y vaciando las embestidas del animal hacia las afueras, terminó por aburrirlo. Sobraron enganchones y faltó mucho ajuste. Está muy verde.

Con el de la jota, quizá el más complicado de la novillada, no pudo. Hizo bien en lucirlo en el jaco y con la muleta trató de agradar sin suerte. El novillo se agarró al piso y él tampoco supo por donde meterle mano. Aburrió.

Toñete naufraga en su debut

Con compromisos importantes a sus espaldas, el hijo de Antonio Catalán debutaba en Zaragoza con la vitola de novillero puntero. Cómo estará el escalafón. Ayer estuvo perdido. Sin ideas, embarullado, sin capacidad. No supo resolver. Su primero se fue al desolladero sin torear y con el precioso quinto siempre estuvo por debajo.

Se guardó un minuto de silencio en memoria de Victorino Martín y saludó con los palos Juan Navazos. Además Jorge Isiegas, tras la lidia al quinto, pasó a la enfermería presentando "dehiscencia de herida en cara interna del muslo izquierdo de pronóstico reservado" y Raúl Gómez ingresó con una rotura de fibras.

Ficha

Seis novillos de Los Maños. Bien presentados, exigentes.

Jorge Isiegas, ovación y oreja

Toñete, silencio y silencio

Ángel Téllez, oreja y silencio.