El riesgo de circular por la calle de la Trinidad

Las Ampa y asociaciones vecinales del entorno de la Madalena solicitan la eliminación del tránsito de vehículos motorizados para velar por los peatones y que no haya accidentes.

La calle de la Trinidad
El riesgo de circular por la calle de la Trinidad
L. M.

El personal que trabaja en los colegios Tenerías, Las Paulas y el instituto Pedro de Luna, así como los alumnos que acuden a sus aulas, transitan cada día para ir a los centros por la calle de la Trinidad, entre el Coso bajo y la calle de Universidad, con los ojos bien abiertos y el miedo de que puedan sufrir algún accidente. Las horas de entrada y salida son especialmente conflictivas, ya que por la vía -estrecha y en cuesta- se cruzan cientos de vecinos en ambos sentidos. “Bastante nos cuesta no chocarnos entre nosotros. Si además pasa una furgoneta, nos tenemos que pegar a la pared para que no nos dé con el retrovisor”, cuenta Óscar García, del Ampa del CEIP Tenerías.

Hasta hace un mes, las aceras tenían menos de un metro de ancho y la calzada estaba adoquinada. “El paso por la calle de un carrito de bebé o de una silla de ruedas era impracticable, había que bajar a la calzada”, señala Eva Sastrón, de la Asociación de Vecinos de la Madalena. El Ayuntamiento de Zaragoza se hizo eco de las protestas y a mediados de septiembre inició una serie de obras en la calle para elevar la altura de la calzada a cota de acera y mejorar así la accesibilidad peatonal. El pavimento de adoquines, muy deteriorado, ha sido sustituido por hormigón.

El tráfico restringido, insuficiente

Desde el Consistorio también han planteado la transformación de Trinidad en una calle de tráfico restringido, solo para vehículos de residentes y carga y descarga, pero los vecinos remarcan que en la calle no hay ni garajes ni locales, por lo que “ningún coche necesita pasar por allí”.

Aunque consideran que esta actuación es un avance, la tachan de “insuficiente”. El problema, precisa García, está en que la elevación de la calzada se ha realizado solo en Trinidad y sería necesario que continuara hasta el Coso, para que los vehículos se percaten con antelación. Además, la señal de tráfico restringido es pequeña y no se aprecia. “Ahora tenemos más miedo, al ser la vía plana los coches pasan a gran velocidad y no existe una separación entre vehículos y peatones”, puntualiza el vecino.

Las Ampa de los centros educativos afectados y las asociaciones vecinales de la zona  (de la Madalena Calle y Libertad y Parque Bruil-San Agustín) se han unido para solicitar la eliminación completa del tránsito de vehículos motorizados por la calle. “No es comprensible que una calle no pueda ser usada de forma cómoda, sobre todo si no existen razones de peso para ello más allá de permitir que los coches tengan un acceso rápido a la calle de Universidad desde el Coso”, apunta Sastrón.

Acto reivindicativo

El lunes 25 de septiembre se produjo la apertura oficial de la renovada calle de la Trinidad y los vecinos se congregaron en ella para comprobar si las reformas surtían efecto. Para su sorpresa, contabilizaron que el tráfico que aquel día pasó por la calle  -con la señal de tráfico restringido ubicada- era similar al de la Gran Vía zaragozana.

Aunque la calle está recién abierta, las Ampa y las asociaciones no están dispuestas a dar más tregua, ya que temen que “los que no se han enterado de que está la señal ya no lo van a hacer, y los enterados van a seguir sin respetarla”, puntualiza Sastrón. La calle sigue siendo utilizada como atajo y “las prisas, y más si está en juego la seguridad de los vecinos, nunca son buenas consejeras”.

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