Condenado a 20 años el hombre que mató a su compañero de piso por tocar la televisión

Confesó en el juicio haberle asestado 8 cuchilladas y se le aplica la agravante de reincidencia por otro crimen frustrado.

El autor confeso del crimen de la calle de Domingo Ram, Vicente Torres Roig, el día del juicio.
Condenado a 20 años el hombre que mató a su compañero de piso por tocar la televisión
Oliver Duch

Vicente Torres Roig pasó 9 años en prisión por intentar matar con una azada al hombre con el que vivía debajo de un puente en Alicante. Solo la casual y oportuna aparición de una patrulla de la Policía evitó lo que hubiera sido una muerte segura. Ahora, la Audiencia de Zaragoza acaba de imponer a este hombre de 52 años otra condena de 20 por acabar con la vida de Reinaldo Lázaro García, quien era su compañero de piso en el número 26 de la calle de Domingo de Ram del barrio zaragozano de Las Delicias.

Durante el juicio celebrado la semana pasada, el acusado confesó ser el autor de las ocho cuchilladas que causaron la muerte a la víctima, de 60 años, el 20 de junio de 2016. Reconoció también que lo hizo por el mero hecho de que el ahora fallecido tocó los cables de la televisión, lo que provocó que se perdiera la señal. El homicida no hizo ni una sola objeción al relato de hechos del escrito de acusación de la Fiscalía, asumiendo que no fue un simple homicidio sino una muerte con alevosía. Porque el encausado asestó las cuchilladas a su compañero cuando lo tenía inmovilizado contra un armario empotrado del pasillo, sin ninguna posibilidad de defensa.

Como no podía ser de otra manera, la confesión del procesado llevó al jurado a dictar un veredicto de culpabilidad. Ha sido el magistrado-presidente del tribunal, Mauricio Murillo, quien ha impuesto ahora al vecino de Las Delicias una pena de 20 años de cárcel, la misma que proponía el ministerio público. A través de su sentencia, explica que este es el castigo mínimo que el Código Penal prevé para casos como este, en los que al delito de asesinato se suma la agravante de reincidencia.

La defensa solicitaba inicialmente la absolución del encausado, por entender que su trastorno de personalidad y la gran cantidad de alcohol que había ingerido aquella tarde le impidieron controlar sus actos. Pero ni los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) en sus informes ni el jurado en su veredicto consideraron que fueran estas circunstancias las que llevaron a Vicente Torres a perpetrar tan macabro crimen.

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