No es ninguna broma y tampoco un sinsentido. En la última semana se ha difundido por las redes el rumor de que 'Adopta un abuelo' va a desembarcar en Zaragoza y en apenas unos días más de 100 jóvenes de la ciudad han escrito a la organización para pedir información. Quieren saber qué requisitos deben cumplir los adoptantes y a qué se comprometen como futuros nietos postizos de personas a las que todavía no conocen.

Adopta un Abuelo se forjó en Ciudad Real durante el invierno de 2013. Alberto Cabanes (ahora presidente de la fundación) tenía 25 años y un abuelo real que vivía en una residencia. Allí conoció a Bernardo, un amigo de su abuelo que era viudo y no tenía descendencia. Ambos hicieron buenas migas. Según cuenta, en Navidad, un rey mago que visitó el centro le preguntó a Bernardo que qué quería como regalo y este no lo dudó: "Un nieto", respondió. Alberto tampoco se lo pensó y le dijo que él lo adoptaba, lo que significaba que, a partir de ese momento, harían juntos los mismos planes que un abuelo y su nieto: visitas, conversaciones, charlas, juegos...

Tanto le gustó la experiencia que animó a otras personas a que hiciesen lo mismo. Él mismo puso en contacto a Verónica (26 años) y Rosario (94) y, según cuentan, "la experiencia fue tan buena" que en octubre de 2014 decidieron poner en marcha la ONG Adopta un Abuelo y lanzarse a la búsqueda masiva de voluntarios. La iniciativa fue creciendo, la gente comenzó a interesarse y en enero de 2015 los jóvenes consiguieron el primer acuerdo de colaboración con un grupo gestor de residencias de mayores. A raíz de ese trato, Adopta un Abuelo desembarcó en Madrid y 16 voluntarios se incorporaron como nietos en un centro de la capital. También el Ayuntamiento de Ciudad Real decidió apostar por el proyecto y firmó un convenio de colaboración para permitir que los ancianos de sus residencias fuesen adoptados por estos jóvenes con ganas de hacer la vida de sus mayores un poco más feliz.

En estos años, Adopta un Abuelo había conseguido llevar su proyecto a siete centros distribuidos por cinco ciudades españolas pero este otoño va a suponer un importante punto de inflexión. La ONG impulsada y gestionada por jóvenes aspirantes a nietos ha logrado cerrar un acuerdo con un gran grupo que les permitirá adoptar abuelos en 31 centros de 20 ciudades. Entre ellas Zaragoza, donde aterrizarán en octubre en su primera residencia, aunque por ahora prefieren no desvelar cuál. Por eso han lanzado una importante campaña para la búsqueda de voluntarios y en la capital aragonesa ya han conseguido que se pongan en contacto con ellos más de 100 personas interesadas.

La llegada de Adopta un Abuelo a Zaragoza se hará oficial en la segunda quincena de octubre. Hasta entonces la empresa gestora de la residencia seleccionará a los mayores que quieran participar en esta unión intergeneracional y la ONG elegirá a los voluntarios que mejor se adapten a sus necesidades. "Se le hace un test de personalidad a cada chaval y un par de entrevistas personales. Después, además, reciben una pequeña formación" para que sepan cómo relacionarse con su nuevo abuelo.

Adopta un Abuelo fija un calendario de visitas que supone, más o menos, una hora y media a la semana aunque siempre respetando los periodos de exámenes y de vacaciones para "dar facilidades" a los voluntarios que deseen participar. Según informa el presidente de la ONG, el perfil medio de los voluntarios que tienen por ahora es el de mujeres (95%), universitarias (75%) y de unos 21 años.

En otras residencias de Zaragoza funciona desde hace años algún programa de acompañamiento a residentes. En Casa Amparo, por ejemplo, cuarenta voluntarios (en su mayoría jubilados) participan en un programa de 'emparejamiento' que persigue amenizar el día a día de los residentes que no tienen familia.