Gregorio, la estrella de la Fiesta del Cordero de Zaragoza

Un jubilado zaragozano se convierte al Islam en la celebración del centro deportivo de la Granja ante cerca de 5.000 personas.

Gregorio, felicitado por otros musulmanes en el CDM de la Granja de Zaragoza.
Gregorio, felicitado por otros musulmanes en el CDM de la Granja de Zaragoza.
M. Ordovás

La celebración de la Fiesta del Sacrificio (conocida como Fiesta del Cordero) en Zaragoza ha estado marcada este viernes por la condena unánime del terrorismo y por un protagonista: Gregorio Bello López. Este jubilado zaragozano de 69 años y padre de dos hijos ha decidido convertirse al Islam y expresarlo públicamente durante la celebración en el centro deportivo de la Granja, antes de que el imán iniciara la oración.

"Ya llevaba un tiempo pensando en convertirme al Islam. El atentado de Barcelona me ha animado a dar el paso definitivo. Como un gesto de apoyo a la comunidad musulmana. Quiero que la gente vea que el Islam no tiene nada que ver con el terrorismo. Los que matan en nombre de Alá son asesinos, no musulmanes", contaba Gregorio Bello López sobre el césped del centro deportivo de la Granja, mientras recibía abrazos y felicitaciones de muchos fieles.

Gregorio se ha convertido, sin esperarlo, en la estrella de esta celebración. Tras el discurso y la oración multitudinaria, mucha gente ha acudido a felicitarle y hacerse fotos con él. Le han dado una bienvenida muy calurosa y le han regalado una túnica.

Gregorio ha acudido a la celebración de la Granja con unos sobrinos de su mujer. Poco antes de que empezara la oración ellos han hablado con uno de los responsables de la comunidad islámica de Zaragoza para contar que su tío quería convertirse públicamente al Islam. Ha sido un acto breve y sencillo en el que Gregorio ha tenido que repetir (en español y árabe) las frases que le indicaba el imán: "No hay más Dios que Alá. Mahoma es su mensajero".

Nueva religión

Tras la oración multitudinaria en la Granja, Gregorio -como tantos musulmanes en este día- ha acudido a una carnicería a buscar el cordero sacrificado según el rito halal. Y después tenía previsto organizar una comida con su mujer y otros familiares.

Gregorio se casó en segundas nupcias la semana pasada con Soumia, marroquí que lleva quince años viviendo en Zaragoza. Se conocieron hace ocho años en la residencia de mayores donde vivía su madre y trabajaba ella. La amistad acabó en historia de amor. Y poco a poco Gregorio se ha ido acercando en los últimos años al Islam.

"No hago las cosas por el qué dirán, sino por lo que siento. Yo era católico por tradición familiar, pero no practicante. Ahora me siento más próximo al Islam. Me gustan sus principios", cuenta. Reza en casa y practica el ayuno de Ramadán. Ya no come jamón y ha cambiado el vino por la cerveza sin alcohol. "Me siento bien así y soy feliz", afirma.

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