La nueva fábrica de Pirotecnia Zaragozana en Belchite generará entre 50 y 70 empleos

La multinacional Etienne Lacroix firmará con el IAF en septiembre la compra de 64 hectáreas. La empresa cierra hoy el centro de Garrapinillos como homenaje a los 6 fallecidos hace hoy dos años.

Ángel y Marius preparan carcasas en una caseta de montaje con ventanas protegidas.
Ángel y Marius preparan carcasas en una caseta de montaje con ventanas protegidas.
Guillermo Mestre

Ni Garrapinillos, ni Casetas, ni Villanueva de Gállego, ni María de Huerva... la solución para la expansión de Pirotecnia Zaragozana es Belchite y se firmará en septiembre. El director general operativo de Pirotecnia Zaragozana, Bruno Houllier, explicó ayer que han llegado a un acuerdo con el Instituto Aragonés de Fomento (IAF) del Gobierno de Aragón para instalar su futura fábrica en 64 hectáreas situadas en un polígono industrial de Belchite, una vez que se llegue a un acuerdo con un agricultor que tiene las tierras arrendadas.

La multinacional Etienne Lacroix, propietaria francesa de Pirotecnia Zaragozana, optó por volver a fabricar fuegos artificiales en Aragón, después de la explosión que segó la vida a seis trabajadores hace dos años, pero será a partir de 2019 y quiere duplicar la producción. Antes de ponerla en marcha es preciso un año de trámites con los permisos e informes medioambientales, y otro para su construcción.

"Queríamos que la fábrica estuviera cerca de la que tenemos en Garrapinillos, pero no ha sido posible porque no encontrábamos terrenos", asumió Bruno Houllier. "Utilizaremos esta parte de Garrapinillos para almacén, montaje y logística, con diez trabajadores; y en la fábrica de Belchite queremos llegar a tener entre 50 y 70 empleados cuando funcione a pleno rendimiento en 2020", agregó. Disponer de luz y agua en un terreno industrial, una localización donde estuvo la empresa Delphi de automoción, facilitó la decisión final de la multinacional para adquirir los terrenos al IAF, valorados en alrededor de cinco millones de euros.

La decisión por una llamada

El alcalde de Belchite, Carmelo Pérez, explicó que el IAF está trabajando con la documentación de los terrenos que tiene ahora alquilados a un particular (unas 40 hectáreas). El resto son del Ayuntamiento. "Es un pedazo de monte situado en el polígono industrial antiguo, cerca de la carretera", señaló el alcalde. Pérez recordó cómo tomaron la iniciativa para atraer la empresa a su municipio: "Nos decidimos a intentarlo con una llamada telefónica y cuando se retiró la competencia de Villanueva de Gállego, nos quedamos solos. El objetivo es la posibilidad de empleo para los vecinos de Belchite", agregó.

Las 13 hectáreas de la empresa de Garrapinillos dan cierto respeto, pero allí ya no se fabrican los fuegos artificiales, como hace dos años, sino que se ha convertido en un centro logístico donde están destinados unos quince trabajadores en el montaje de las carcasas o los toros de fuego, entre otros, para llevarlos a los eventos por toda España y en el extranjero.

"Compramos fuegos a China, Italia o Francia. Se guardan en dos edificios que hacen de almacenes, aquí se montan (ocho casetas con aire acondicionado) y luego se llevan hasta el muelle para su distribución", detalla el ejecutivo francés.

El escenario ha cambiado casi por completo en Garrapinillos porque ha pasado de tener 60 edificios, cuando se produjo la explosión y se fabricaba los fuegos artificiales, a los 13 actuales, con mucha más separación entre ellos para "extremar las medidas de seguridad, aplicando la normativa francesa y española", apunta Bruno Hollier.

La empresa cerrará hoy sus dependencias de Garrapinillos, como homenaje a los seis trabajadores fallecidos hace dos años. Los empleados y los familiares acudirán a la misa que se celebra a las 12.00 en la iglesia de San Felipe.

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