Emotivo y multitudinario adiós a Ana María Suárez, la aragonesa asesinada en Cambrils

El arzobispo Vicente Jiménez aludió en su homilía a su fuerte devoción por la Virgen del Pilar. El marido, Roque Oriol, y la hermana de la fallecida ya han sido trasladados al Miguel Servet.

Cientos de amigos y familiares se despidieron de Ana María Suárez en el cementerio de Torrero.
Cientos de amigos y familiares se despidieron de Ana María Suárez en el cementerio de Torrero.
Toni Galán

Cientos de personas dieron este martes su último adiós a Ana María Suárez, la aragonesa asesinada el viernes en el atentado de Cambrils. El funeral, oficiado por el arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez, en la capilla número uno del cementerio de Torrero, estuvo marcado por la emotividad y el recuerdo. También por los deseos de pronta recuperación a Roque Oriol, marido de la fallecida, y a su hermana Alicia

Autoridades como el delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, o el subdelegado del Ejecutivo central en Zaragoza, Ángel Val, asistieron a la ceremonia a título personal, ya que la familia prefirió un funeral íntimo. También estuvo el jefe superior accidental de la Policía Nacional, Jesús Navarro, entre otros.

El oficio comenzó puntual a las 9.00 y duró una media hora. "Ha sido solemne y cercano, aunque también triste", aseguraron los asistentes. El arzobispo, acompañado entre otros por el vicario general, destacó el acto "heroico y de entrega" de Ana María. "Su alma no necesita ser purificada", aseguró, al tiempo que condenó "sin paños calientes" los actos terroristas. "Tengo la certeza casi absoluta de que ya está con Dios", manifestó.

La familia estuvo arropada en todo momento por decenas de amigos y conocidos de Zaragoza, donde vivía el matrimonio, y de Morata de Jalón, localidad natal de Roque Oriol. "Ana María era una persona muy querida", apuntó Pablo Oriol, sobrino de Roque.

La presencia del arzobispo, que también oró por Roque y Alicia, obedecía, más allá de la gravedad de los acontecimientos, a que Ana María era "muy devota de la Virgen del Pilar". Su figura también fue recordada por Beatriz Luna, una de las allegadas de la familia. "Eras nuestra luz y seguirás siéndolo", afirmó.

El cuerpo fue enterrado en la manzana 116 del camposanto zaragozano por deseo expreso de la familia, ya que allí descansa una de sus primas. El duro momento vivido por la mañana contrastó con el alivio de por la tarde, ya que tanto Roque Oriol como Alicia Suárez abandonaron los hospitales de San Juan XXIII y Santa Tecla de Tarragona, en los que permanecían ingresados desde el viernes, para ser trasladados al Miguel Servet de Zaragoza.

Continúa la recuperación

Roque, según explicaron fuentes hospitalarias, fue el primero en llegar. A él fue a buscarlo una ambulancia procedente de Barbastro. Al haber despertado del coma inducido hace escasas horas y, dada la gravedad de sus heridas, que requerirán de una "lenta" recuperación, continuará en la uci intensivos de trauma. Alicia, en cambio, podrá seguir en planta.

Ambos pudieron regresar a Zaragoza gracias a su evolución "favorable". "Están ya al tanto de todo lo sucedido. Mi tío se acuerda de todo", afirmó Pablo Oriol.

La noticia cogió por sorpresa a aquellos familiares que habían previsto volver al hospital tarraconense de Santa Tecla esa misma tarde. "Estábamos en el taxi y nos han llamado", aseguró Victoria Hernández, una de ellas. "Estamos muy contentos de tenerlos ya en casa, es un alivio. Además, ahora estarán los dos en el mismo hospital", apuntó.

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