En el pleno ordinario celebrado el pasado 12 de junio en La Cartuja Baja fue sometido a votación y aprobado un plan de Movilidad Urbana y Seguridad Vial, “según estudio presentado por el Área de Planificación y Diseño de Movilidad Urbana”, para el barrio rural zaragozano.

Entre los puntos propuestos en este proyecto –“acordados por la Junta Vecinal y el servicio de Movilidad Urbana… y que cuentan con el visto bueno previo verbal de Policía Local, a falta del informe definitivo”, según reza un informe municipal relativo del mes de mayo- estaban incluidos la pacificación completa del núcleo, la reducción y minimización de la señalización vertical, la restricción al tráfico general del Casco Histórico, el establecimiento de zonas 30 de prioridad peatonal, el repintado general de marcas viales, la mejora de la señalización del conjunto histórico-artístico y la mejora de la visibilidad peatonal.

Esta última cuestión, que recogía “la disposición de estacionamientos de motocicletas en los puntos anteriores a los pasos de peatones que no cuenten con orejetas de aproximación, u otros puntos de visibilidad comprometida” con la intención de “mejorar la visibilidad mutua de peatones y conductores de forma que se incremente la seguridad en la interacción de ambos modos”, parece no haber convencido a algunos vecinos. En concreto, a los de la asociación Alonso de Villalpando, que han puesto en marcha a finales de julio una recogida de firmas motivada, dicen, por “varios aspectos que desde la Alcaldía no se han tenido en cuenta”.

En su postura defienden que no se oponen al plan de movilidad, si bien “dicho plan no ha estado a exposición pública de todos los vecinos del barrio”, argumenta el presidente del colectivo Antonio Blánquez, quien añade que, a su juicio, “no se ha contado con los comercios del barrio para saber la opinión y que puedan dar su punto de vista o soluciones alternativas a todos los puntos que se describen en el plan de movilidad, ya que son los principales afectados…”. Según argumentaban a inicios de semana desde este ente, “no se habían indicado en un plano los aparcamientos que se van a eliminar para poner parking de motos”.

“En ningún momento nos oponemos a la visibilidad de los pasos para peatones, pero entendemos que existen otras opciones que no eliminan plazas de aparcamiento como son sacar más las aceras o incluso elevar pasos de cebra”, ejemplifican. Al mismo tiempo, agregan, “entendemos que se pueden habilitar zonas para parking de motos, pero de manera lógica y consensuada, ya que somos un barrio de 2.100 personas y se han proyectado 14 espacios en cuatro calles, las cuales abarcan la práctica totalidad de la zona comercial”.

Mientras, un escrito firmado la pasada semana por el alcalde de La Cartuja Baja, José María Lasaosa, aclaraba que el estudio de seguridad vial mencionado “pasa por facilitar la visibilidad a la altura de los pasos peatonales en las calles de una sola dirección mediante la colocación de algún elemento físico como puede ser un aparcabicis o mediante el pintado en el suelo de aparcamotos o líneas amarillas”.

“En los cruces problemáticos donde la visibilidad es reducida se va a incrementar el espacio de seguridad para impedir que aparquen vehículos en el tramo pintado con línea amarilla. Somos conscientes de que con esta actuación se pierden en el barrio 15 plazas de aparcamiento, que intentaremos recuperar en alguna calle mediante la sustitución de aparcamientos en línea por otros en batería, pero pensamos que ante todo está la seguridad de las personas y por ello debemos facilitar la visibilidad en cada uno de los puntos conflictivos”, prosigue su carta, en la que invita igualmente a contactar con la Alcaldía del barrio rural en caso de dudas.

“Esperamos que el resultado sea positivo ya que esta es la única intención que hay detrás de este proyecto en el que llevamos trabajando más de un año”, concluía el escrito de Lasaosa, que se puede consultar públicamente en redes sociales.