Feliz en su día a los 106
Francisco Lumbreras, una de las personas más longevas de Aragón, cumple años este sábado.
Los calores estivales no le sientan nada bien, pero cada 29 de julio recobra la vitalidad para celebrar el cumpleaños. A sus 106 años, el zaragozano Francisco Lumbreras se sigue emocionando al ver aparecer a sus familiares entonando el Feliz en tu día, con una sabrosa tarta de chocolate entre las manos. Desde que las velas sobrepasaron la centena, esa escena se reproduce en la residencia Lucero del Alba, en el barrio del Comercio de Villanueva de Gállego.
Allí hace vida Francisco, que nunca quiso ser una carga para sus hijos. Ni siquiera cuando, tras el fallecimiento de su esposa, enferma de alzhéimer, le sobrevino la soledad. Es un luchador nato, y solo los problemas de próstata le condujeron a reclamar cuidados.
Él prefería vivir solo, pero llegó un momento en que le resultaba imposible. Cuando estaba a punto de cumplir 100 años, su familia decidió traerlo, recuerda Consuelo Soria, directora de la residencia Lucero del Alba.
El abuelo, como es conocido cariñosamente entre las cuidadoras, ya no es capaz de entablar una conversación con normalidad. Sin embargo, responde a todas las preguntas que se le formulan y disfruta de las compañías gratas. Cuando le rodea su gente, saca una maravillosa sonrisa. Recuerdo la gran fiesta de cumpleaños que le preparamos hace un par de años. Se impresionó tanto que, a partir de entonces, decidimos que la celebración fuese más íntima, explica Soria, antes de adelantar que este sábado, solo los hijos, nietos y bisnietos acompañarán a Francisco.
Eso sí, desde primera hora de la mañana se respirará ambiente alegre en las instalaciones. Este día siempre es especial. Prepararemos algo rico para comer y acompañaremos al protagonista, que se merece lo mejor, añade Soria, que este verano encuentra a Francisco incluso más animado que en los anteriores. Va a rachas, pero yo creo que de 2016 hacia aquí ha mejorado, valora, sobre un anciano que se encuentra entre los diez más longevos de Aragón.
Durante la juventud ejerció de pastor en su localidad natal, Tabuenca, pero después pasó a vivir en Zaragoza para trabajar como funcionario. Valdefierro fue su barrio hasta que, por circunstancias de la edad, tuvo que ser ingresado. Se porta muy bien. Transmite tranquilidad y bondad. Siempre se le ve a gusto y agradece la atención que le ofrecemos, concluye Soria.
