En el Barrio Jesús de Zaragoza, a la altura del número 3 de la calle San Lázaro, se ha tejido en los últimos años un proyecto vecinal y colectivo de rehabilitación que ha sido bautizado como ‘Edificio Ángel’. La comunidad de propietarios de este inmueble inició la aventura en el año 2013, comandada por su presidente y vecino Ángel Fajó, quien hoy da nombre al proyecto.

Durante una conversación de escalera entre Ángel y Manuel Sanz, que le tomaría después el relevo en el cargo, abordaron la posibilidad de instalar un ascensor en la vivienda. “Comenzamos a pensar que eran necesarios cambios en el edificio, pues se estaba degradando. Él fue el impulsor de la iniciativa y yo le iba apoyando”, recuerda Sanz, el actual presidente.

El inmueble, de cinco plantas y levantado en 1969, no disponía de ascensor, así como ha sufrido problemas de humedades, goteras, grietas e infiltraciones. “El acceso era complicado y las escaleras, largas y con pendiente para una persona mayor”, explica Manuel. Por ello, su objetivo principal era mejorar esa accesibilidad y por ende, la calidad de vida de los residentes.

Manos a la obra, estudiaron alternativas, se reunieron con los vecinos, calcularon la derrama, compraron un local colindante, solicitaron ayudas a las instituciones y adaptaron las obras a esas ayudas, entre otras labores. Si bien, “justo cuando teníamos todo preparado para instalar el ascensor eléctrico –que, explican, no genera ruido y a día de hoy no les supone elevados gastos de funcionamiento- y realizar obras de eficiencia energética, Ángel falleció a raíz de una enfermedad”. Sin embargo, la comunidad continuó con el trabajo del que fuera su presidente y generoso vecino durante muchos años.

La obra del elevador, finalizada en 2015, ha implicado también la creación de un nuevo portal en el edificio y la instalación de luces con sensores de movimiento. “La estructura acristalada del ascensor por el interior de unos de los patios ha sido una excelente solución para acceder a las viviendas”, subrayan desde la vecindad. Además, este año llevarán a cabo nuevas obras para rehabilitar y aislar la fachada, cambiar la carpintería y el tejado.

La situación que se daba en esta vivienda de la calle San Lázaro puede trasladarse a otros inmuebles del entorno más envejecido del Barrio Jesús. “Los edificios presentan estos problemas, pero no se rehabilitan, se van degradando y la zona se va despoblando. Los comercios y bares de toda la vida cierran y se pierde vida”, valora Manuel Sanz. Este escenario, según manifiestan en la asociación vecinal Barrio Jesús, resulta dificultoso de combatir “ante la falta de consenso por parte de los propios vecinos en acometer las obras de rehabilitación y, también, por desconocimiento de las leyes que regulan este tipo de actuaciones, así como de las posibles subvenciones o facilidades de financiación por parte de las administraciones públicas”.

Exposiciones, charlas y debates

La comunidad de propietarios quería compartir su experiencia y se puso en contacto con la Sociedad Municipal Zaragoza Vivienda y el colectivo vecinal del Barrio Jesús. Fruto de un acuerdo de colaboración entre las partes se ha gestado una campaña de divulgación en la que el ‘Edificio Ángel’ será el protagonista como “modelo de gestión para la rehabilitación de viviendas y edificios por parte de las comunidades de propietarios”.

Tal y como informaban a inicios de julio, en el marco de esta iniciativa se programarán exposiciones en el Centro Cívico Estación del Norte, charlas, foros y debates sobre rehabilitación en el barrio y tutorías con las comunidades de propietarios interesadas.

Su propósito pasa por divulgar su caso y que este sirva de ayuda a otros vecinos para hacer accesibles y energéticamente eficientes sus viviendas, buscando que obras como las anteriores se multipliquen en el barrio de la margen izquierda de la ciudad. “Nos ponemos a disposición de cualquier comunidad que pueda tener dudas para explicarles el proceso y enseñarles nuestras cuentas”, manifiesta Manuel.

Al final, “todo son ventajas”, dicen. Aunque en el camino también pueden aparecer piedras: “Tiene que haber un interés muy claro y voluntad por parte de los vecinos para que el proyecto salga adelante. Es un proceso difícil, sobre todo en la cuestión administrativa de las ayudas para la rehabilitación de edificios”, concluye el actual presidente de San Lázaro 3, que no olvida el trabajo realizado por Ángel Fajó, quien “inició las obras con su fuerza y entusiasmo”.