La cónsul de Alemania, María López, cocina para el Refugio

40 comensales, entre los que se encontraban políticos, empresarios y otras personalidades, disfrutaron de la cena en el River Hall.

Rosa Palacín, Sofía López, Isabel López, Jesús Juncosa, Víctor Gallego, María López e Iván Acedo, en la cocina de River Hall.
Rosa Palacín, Sofía López, Isabel López, Jesús Juncosa, Víctor Gallego, María López e Iván Acedo, en la cocina de River Hall.
Aránzazu Navarro

María López, cónsul de Alemania y vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Zaragoza, tiene buena mano para la cocina y ayer lo demostró en el restaurante River Hall. Cocinó para sus amigos a beneficio de la Hermandad del Refugio y lo hizo con soltura y poniendo mucho cariño en la tarea.

Eso sí, para la ocasión contó con el apoyo de los cocineros Iván Acedo y Víctor Gallego, aunque la vicepresidenta de la Cámara de Comercio no necesitó demasiada ayuda para emplatar la ensalada de ahumados y algas o el pulpo a la llama con tomatitos y causa limeña.

De su buena predisposición fueron testigos su familia y amigos. Entre otros invitados estuvieron José Luis López y María Isabel López, tíos de María y dueños de Industrias López Soriano, que no quisieron perderse el manejo de su sobrina en los fogones.

Del ámbito político asistieron Arturo Aliaga, Elena Allué y Juan Carlos Trillo, del PAR, así como una nutrida representación de empresarias entre las que se encontraban María Jesús Lorente, de Arame; Irene Carmen, de Dicsa; Berta Lorente, de Zaforsa, y Pilar Andrade.

Todas se acercaron a darle ánimos y a sacar fotografías para inmortalizar el momento. Poco a poco llegaron más invitados hasta completar la nómina de 40 comensales. También participaron Luis Artal, gerente de los concesionarios Toyota, Lexus y Porsche; José Luis Rubio, de Gestoría Rubio; Mariano Barbed, de Muebles Barbed, y Miguel Ángel Tapia, director del Auditorio de Zaragoza.

Iván Acedo dio cuenta del carácter solidario de las jornadas antes de empezar a cenar, y ya a la mesa María López recibió un merecido aplauso por su buen hacer.

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