¿Qué barrios de Zaragoza soportan más contaminación acústica?

Aunque los problemas por ruido han mejorado en los últimos años, en el Centro y los nuevos barrios siguen problemas sin resolverse.

Atasco en la Puerta del Carmen por la avería de un turismo.
Atasco en la Puerta del Carmen por la avería de un turismo.
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Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, alrededor de uno de cada cuatro españoles está expuesto a niveles de ruido por encima de los recomendables de forma prolongada. Lo que tanto la UE, como la Organización Mundial de la Salud considera el límite recomendable es soportar un ruido superior a los 55 decibelios de media a lo largo del día. Un valor que hace unos años no parecía tan dañino, pero que las últimas normativas y estudios ya fijan como preocupante.

En Zaragoza, la puesta en funcionamiento del tranvía y sobre todo la disuasión que ha supuesto para el tráfico rodado han mejorado sensiblemente los niveles de ruido que soportaban las viviendas por las que ahora pasan sus raíles, según explican las propias asociaciones vecinales. Sin embargo, barrios que de forma clásica han tenido problemas de ruido por locales de ocio, así como los nuevos barrios del sur de la ciudad por el paso de los aviones, siguen quejándose de la falta de mejoras.

El ruido del tráfico, el principal foco

Aunque en Zaragoza los mapas de ruidos datan de hace un lustro, las vías que marcan mayores problemas por contaminación acústica apenas han tenido reformas en este tiempo. Así, se recogen varias vías en la ciudad que superan el nivel de los 65 decibelios nocturnos.

Empezando por el centro, la confluencia de la Puerta del Carmen, con el Paseo María Agustín, Paseo Pamplona, César Augusto y Hernán Cortés es la que más tráfico recibe. Desde la Asociación de Vecinos Puerta del Carmen, Carlos Terrer explica que la cercanía del tranvía ha mejorado el nivel de quejas en los últimos años, pero que “por tráfico, incluso nocturno, sigue siendo una zona en la que hay problemas de ruido por la noche”.

Este nivel de ruido también se da en las fachadas más expuestas a vías como la Avenida Navarra en las Delicias, la confluencia del Tercer Cinturón con la carretera de Castellón en Las Fuentes, Violante de Hungría con Gómez Laguna, o la Avenida de Cataluña.

En otros barrios como el Áctur, donde el anterior mapa de ruido también reflejaba que se superaban los límites recomendados por el tráfico durante las noches, sus vecinos indican que la situación ha mejorado desde la llegada del tranvía en 2013. No obstante, las bondades del Urbos 3, del que en su momento se dijo que podría reducir considerablemente el nivel de decibelios con respecto a los vehículos, también han tenido sus contrapiés.

En 2014, cuando Zaragoza optaba a la Capitalidad Verde Europea, la UE puso en duda que hubiera reducido tanto el ruido como estimaba el Consistorio y ya en 2011 un vecino puso una denuncia ante la Policía al registrar que durante el paso de la línea en su casa se registraban más de 40 decibelios, nivel máximo dentro de un hogar pero del que no obstante quedan excluidos según normativa municipal los ruidos ambientales, como es el tráfico.

Los Barrios del Sur y los niveles por encima de 90 Db

En los barrios del sur de Valdespartera, Rosales del Canal, Arcosur, y también Casablanca y Montecanal, sus vecinos llevan años quejándose de soportar unos niveles puntuales de ruido muy elevados debido al paso tanto de aviones comerciales como militares que aterrizan en la base aérea.

La semana pasada el Ayuntamiento organizó una mesa redonda para tratar las posibles vías de solución a la que asistieron el Ejército y Aena. “Para nosotros fue importante porque asistieron responsables de Aena y del Ejército para tratar el tema, pero tiene una solución complicada. Aena no reconoce que en el Aeropuerto de Zaragoza se sobrepasen niveles máximos debido a que no tenemos un tráfico importante de aviones. Pero basta con pasar una semana por aquí para darte cuenta”, señala Mario Martín, vocal de Asociación de Vecinos de Rosales del Canal.

Según cuentan los vecinos, se han llegado a registrar hasta 90 decibelios cuando pasan los aviones. “Estás viendo tu serie favorita y no te enteras durante dos minutos, estás en el parque hablando con alguien y tienes que detener la conversación. Son pequeños detalles, que pueden parecer nimios, pero que a la larga empobrecen la calidad de vida”, señala este vecino.

El Ayuntamiento elaboró hace ya unos años una hoja de ruta para mejorar estas afecciones, que no obstante siguen siendo constantes. “El pasillo aéreo pasa por encima de algunas casas, y desde el Ayuntamiento nos dicen que poco pueden hacer porque es una cuestión de Aena, que a su vez por el escaso tráfico no registra que haya problemas. Es una pescadilla que se muerde la cola”, comenta Martín.

El ruido debido a los locales de ocio: el resurgir en el Casco y la zona Centro

Cuestión aparte son los habituales problemas debido a pubs y locales nocturnos que históricamente han vivido los vecinos de los barrios más céntricos, donde el Ayuntamiento tiene incluido dentro del PICH una agencia propia para mediar estos casos.

El ruido en los cascos históricos es, no obstante, un problema que es casi extensible a todas las capitales europeas. “Hace unas semanas estuvimos en Madrid en una convención de asociaciones de vecinos de Europa para hablar precisamente de este problema, que es el pan de cada día de todas las ciudades”, comenta Eddy Castro, presidente de la Asociación de Vecinos Lanuza Casco Viejo.

Allí se han concentrado en los últimos años varios problemas. “Antaño era el entorno del Huerva y la zona de fiesta del Rollo. Pero de un tiempo a esta parte la fiesta nocturna en el centro se ha centralizado en el Casco y, aunque no en horario tan tardío, en El Tubo”, explica Castro.

En la actualidad, en esta asociación de vecinos tienen varios frentes abiertos, “porque a partir del buen tiempo las quejas de los residentes son prácticamente diarias”. Por una parte, quieren tratar con el Ayuntamiento las actividades del Centro Las Armas, una infraestructura municipal “que ha dado mucha vida al barrio, pero que organiza tantas actividades que al final el movimiento es constante”, comenta. También está el problema de El Casco y otras calles que aunque declaradas zonas saturadas sigue regenerando locales y atrayendo buena parte de la fiesta de la noche zaragozana y, por último, el 'Juepincho', actividad de tapeo que se prolonga por la noche en la Magdalena que también ha comenzado a despertar algunas quejas debido al éxito de público que ha tenido.

“Son casos difíciles porque para los hosteleros son mecanismos importantes, y ellos no dejan de ser vecinos, pero queremos sentarnos a hablar con todos incluido el Ayuntamiento para explorar mejoras en la normativa”, comenta el presidente de Lanuza Casco Viejo.

También han resurgido los problemas en la zona Centro. “Con la crisis y también por las reiteradas multas cerraron varios locales que causaban muchos problemas de ruidos, pero ahora han abierto otros que solo llevan un par de años y que ya están recibiendo quejas por parte de los vecinos”, explica desde la Asociación de Puerta del Carmen Carlos Terrer.

Aunque no tienen mediciones claras, los vecinos de esta zona calculan que de noche se superan en algunos casos ampliamente los 27 decibelios que la normativa municipal marca como límite que se pueda percibir dentro de las casas. El nuevo borrador sobre la normativa de ruidos que dejó preparado el anterior Gobierno Municipal ya en 2015, rebaja incluso esta cifra.

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