Señales que no pasan desapercibidas

La señalización, en ocasiones, da que hablar en la ciudad. Y entre los motivos por los que algunas señales llaman la atención de los zaragozanos se encuentran la necesidad de estos elementos indicadores, su instalación o colocación, su estado deteriorado o vandalizado, su ubicación o la generación de dudas en la circulación de determinadas calles y puntos de la red viaria.

El asunto también genera quejas entre los vecinos de la capital aragonesa, y lo demuestran los datos y la actividad de la asociación Zaragoza Ciudadana. Así, en los primeros cuatro meses de este 2017, la plataforma dedicada a impulsar propuestas para mejorar el entorno, ha recibido una quincena de denuncias de usuarios, tanto de peatones como ciclistas y conductores, en las que el protagonismo lo acapara el capítulo de las señales.

Aunque a veces pueda pasar desapercibida para los agentes de movilidad, se trata de “una cuestión recurrente, sobre todo, en zonas como el Casco Histórico o el Centro”, valora Orlando Suárez, portavoz del ente, quien explica que la mayoría de los casos se corresponden con “señales de tráfico o de turismo pintadas, rotas o llenas de pegatinas a causa de comportamientos incívicos que transmiten una imagen deteriorada de la ciudad”; si bien, también se dan situaciones en las que la “mala colocación dificulta bastante la circulación de los vehículos”.

Durante el mes de abril, la asociación creada por Suárez y Pilar Arana ha registrado varias quejas que hablan de necesidad, deterioro o incoherencia en estas infraestructuras, y que han trasladado en forma de petición al gobierno municipal. “Las remitimos al Consistorio a través de quejas, sugerencias o instancias y, en este caso, suelen solventar rápido los problemas”, comentan.

Uno de los ejemplos que señalan remite a la existencia de una señal “inconveniente” en la confluencia del Parque Pignatelli con la calle Maestro Estremiana, “pues prohíbe el acceso y la circulación de bicicletas por un carril bici”. “Entendiendo la naturaleza de su instalación, no pedimos que se retire sino que se incluya una placa que indique ‘excepto bicicletas por carril bici’”, apuntan.

Otra denuncia también reciente de los vecinos y usuarios de Glorieta Diego Velázquez, en el distrito Universidad, hacía referencia al estado de una señal de ceda el paso, “excesivamente deteriorada y con riesgo de caerse”. Mientras, en Vía Ramón Pignatelli, existe una petición para que se pinten sobre la propia acerca bici señalizaciones de paso peatonal. Tal y como indican, “la ordenanza de Circulación de Peatones y Ciclistas recoge que el ciclista deberá mantener una velocidad moderada y respetar la prioridad de paso de los peatones en los cruces señalizados, por lo que sería conveniente que esta señalización estuviera incluida en la propia acera bici para la seguridad de todos”.

En marzo, Zaragoza Ciudadana canalizó igualmente quejas, ya solucionadas y resueltas, acerca de una señal de ceda el paso colocada en la esquina de la calle Doctor Pascual Oliver con Lasierra Purroy, en Torrero, “instalada al revés”; u otras sobre la ilegibilidad de dos de estos elementos viales en la calle San Marcial “por el estado de suciedad –pegatinas- que dificultaba la visibilidad de las placas informativas ubicadas junto a dichas señales”, o la complejidad para entender la señalización para los usuarios de vehículo de la calle Tiro, “que no conocían la limitación de circulación en coche por esta vía, desde la calle África hasta la calle Puerto de Palos”.