La apertura de las salas de estudio vuelve a enfrentar a los alumnos y la universidad

Este jueves, un grupo de estudiantes había decidido pasar la noche en la María Moliner, pero la Universidad cerró sus puertas antes de hora.

Este jueves, minutos después del cierre de la biblioteca María Moliner.
Este jueves, minutos después del cierre de la biblioteca María Moliner.
@Encierro_Unizar

La cercanía del periodo de exámenes (ya queda poco más de un mes) ha provocado que el colectivo de estudiantes Encierro Unizar, que aglutina a miembros de las asambleas de estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras y de la de Ciencias, haya planteado acciones para reclamar una mayor apertura de salas de estudio y que se incrementen las plazas. La primera de estas reivindicaciones estaba planeada para la noche del jueves al viernes, pero finalmente fue cancelada por la Universidad de Zaragoza.

“Una de nuestras reivindicaciones es que la biblioteca María Moliner (ubicada en el campus San Francisco), que es la que se encuentra en mejor estado, amplíe sus horarios y abra también los sábados”, detallan. Por ello, su idea era pasar la noche en este edificio para que pudiera abrir sus puertas el viernes, que era festivo en la Universidad, al celebrarse la festividad de su patrón, San Braulio. Todo estaba preparado: “Los alumnos estaban informados y tenían pensado venir; además también se había avisado al personal de la biblioteca y a la Universidad de Zaragoza”.

Sin embargo, a última hora de la mañana, la institución académica cerró el acceso a la biblioteca para evitar que pasaran la noche en el lugar. Según puntualizan, esta decisión se tomó en base al valor de muchos de los ejemplares que allí se guardan, entre los que destaca la presencia de algunos incunables. De este modo, a las 15.00 la seguridad de la Universidad de Zaragoza cerró las puertas de este edificio, seis horas antes de su clausura habitual. “A partir de ese momento ya no dejaron entrar a nadie y hubo gente que no pudo volver a recoger sus apuntes”, explican desde Encierro Unizar. Por su parte, desde la universidad detallan que, cuando se tomó la decisión, solo había tres personas en el edificio.

“Hace un año se llevó a cabo una movilización similar. Sin embargo, en aquel momento, debido a un acuerdo con el vicerrectorado de Estudiantes, se terminó trasladando de la biblioteca María Moliner al edificio Interfacultades”, recuerdan desde Encierro Unizar. Siguiendo esta reivindicación, pero de manera independiente, este grupo de estudiantes ha decidido volver a movilizarse antes de que las salas de estudio vuelvan a estar saturadas: “En un mes los universitarios y los estudiantes de 2 de Bachillerato llenaran las salas, por ello, es necesario actuar antes. Además, este año se ha notado una gran presencia de personas que se están preparando para diversas oposiciones”, explica.

Por ello, reclaman que se abran más espacios (salas de estudio o bibliotecas, puesto que las de casi todas las facultades están cerradas durante los fines de semana) y que estos estén más horas disponibles, “ajustándose a las necesidades de cada campus”. No obstante, desde la Universidad de Zaragoza recuerdan que todos los años intentan ampliar la oferta de plazas y, en algunos casos, de horas. De hecho, para este año se contabilizan 70 plazas más que en 2016. Estas se concentran en la Sala Comedor de la Residencia Juvenil Baltasar Gracián, que ofrece 50 vacantes más que no se encontraban en 2016, y en la Facultad de Empresa y Gestión Pública (en Huesca), que pasa de tener 80 a 100 plazas.

La nueva sala de Baltasar Gracián (que está disponible gracias a la colaboración con el Instituto Aragonés de la Juventud) abrirá los sábados, domingos y festivos del periodo de exámenes (a partir del 6 de mayo y hasta el 25 de junio) en horario de 10.00 a 21.00. En cuanto al resto, la única sala que ha modificado su horario ha sido la Facultad de Economía y Empresa. Este edificio permanecerá abierto desde las 8.15 y hasta las 2.00 (el año pasado no abría hasta las 9.00).

Aunque en las próximas semanas no tienen planteadas nuevas acciones, sí que pretenden seguir intentando que las salas de estudio y las bibliotecas abran más plazas y durante más horas, especialmente, los fines de semana.

Otros casos

Durante las semanas previas a los exámenes de enero y febrero, el Colectivo de Estudiantes Progresistas de Aragón (CEPA) decidió habilitar (como ha hecho en otras ocasiones) un espacio de estudio en la Casa del Estudiante. El objetivo es que todos aquellos que no tengan plazas libres en la Universidad de Zaragoza pueden acercarse allí a estudiar. Sin embargo, este año, el personal de seguridad de la institución académica se personó para cerrar esta sala. Según les explicaron desde rectorado, no podían estar abiertos porque se estaban llevando a cabo diferentes obras en el edificio de la Casa del Estudiante.

Este colectivo recuerda que el pasado curso se llegó a un acuerdo por escrito con el actual Vicerrectorado de Estudiantes para que se suprimieran progresivamente los días de cierre de la Universidad de Zaragoza y se comenzaran a abrir las bibliotecas los sábados. Sin embargo, casi un año después, no ha tenido ningún tipo de efecto. "A lo largo del presente curso, no solo seguimos teniendo la sensación de 'más de lo mismo', sino que además la actitud de la Universidad ha sido desde pasiva, sin intención de dar cuenta de ningún compromiso, hasta hostil, llegando a reprimir nuestras reivindicaciones de un pacto de mínimos que, a la vista de los hechos, no piensa cumplir", subrayan.

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