Un entrenador de fútbol infantil acepta 18 años de cárcel por corrupción de menores

Admite que abusó de un chico y exigió fotos de índole sexual a otros nueve. Con el acuerdo que evitó el juicio se garantiza que no pasará más de 9 años preso.

El acusado, Miguel Ángel Lahoz,  en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El acusado, Miguel Ángel Lahoz, ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Raquel Labodía

El que fuera segundo entrenador del conjunto de la División de Honor Infantil de la Unión Deportiva Montecarlo, Miguel Ángel Lahoz, de 22 años, admitió ayer ante los tribunales que abusó sexualmente de un menor y que tanto a este como a otros nueve chicos les pidió que le enviaran por teléfono fotografías personales de contenido sexual que posteriormente utilizó para chantajearles y exigirles que le remitieran más. El reconocimiento de estos hechos, así como el pago de las indemnizaciones a las víctimas, le supuso que tanto la Fiscalía como la acusación particular moderaran sus peticiones de condena.

De esta forma, tras una hora de negociación entre el representante del Ministerio Público, el abogado de las víctimas, Félix Martín Polo, y el del acusado, Luis Fernando García Navas, llegaron a un acuerdo. De los 36 años de prisión que solicitaban las acusaciones por los nueve delitos de abuso sexual se bajó a 15 (un año y ocho meses por cada uno de esos delitos). A estos hay que sumar una condena de tres años de cárcel por un delito de abusos; diez meses por una tentativa de corrupción y una multa de 1.440 euros por un delito de pornografía infantil.

En total, todas las penas suman 18 años y diez meses de prisión. No obstante, el Código Penal dispone que el máximo de cumplimiento en una sucesión de condenas no excederá del triple de la mayor, que en este caso es la de tres años y, por lo tanto, no superará los nueve.

Un padre lo descubrió en 2015

La conducta de Miguel Ángel Lahoz fue descubierta y denunciada en noviembre de 2015 por el padre de uno de los chicos a los que entrenaba, de edades comprendidas entre los 11 y los 14 años. El progenitor se dio cuenta de que el acusado, que en esa fecha tenía 20 años y era muy apreciado tanto por los padres de los jugadores como por el club, había pedido a su hijo de 11 años fotografías de contenido sexual.

El hombre no se conformó con saber eso sino que, tras leer un mensaje de whatsapp recibido por el menor, en el que Lahoz le pedía fotos desnudo, se hizo pasar por el niño y pidió a su interlocutor que le mandara a él antes alguna imagen, a lo que el encausado respondió remitiéndole una fotografía de sus genitales. En esas fecha el menor ya no pertenecía al equipo, pese a ello su entrenador seguía manteniendo relación telefónica con él.

En ese momento, la Policía lo detuvo, registró su domicilio y se incautó de su ordenador personal y su teléfono móvil. Tras declarar ante el juez, este lo puso en libertad imputado por un delito de corrupción de menores.

Sin embargo, la investigación desarrollada a partir de ese instante por los agentes les permitió averiguar que existían más víctimas –algunas se remontaban a 2011–, y pruebas que lo demostraban. Los funcionarios lograron recoger denuncias de otros menores a los que Lahoz entrenaba y lo volvieron a detener por abuso sexual, pornografía infantil y corrupción. Tras este nuevo arresto, el juez lo envió a prisión provisional durante tres meses.

Al tener conocimiento de la primera denuncia, la directiva del club Montecarlo apartó a Lahoz de sus funciones y lo expulsó. Además, llamó a todos los coordinadores y entrenadores para explicarles lo ocurrido e informó a los padres de los jugadores que podrían estar afectados por la conducta del denunciado.

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