¿Cuál es la calidad del aire en Zaragoza?

El cierzo “ventila” la ciudad y hace que tengamos un aire “bastante aceptable”.

La Red de Control Atmosférica de Zaragoza, compuesta por siete estaciones remotas ubicadas en siete puntos distintos de la ciudad, mide y controla los niveles de contaminación de las zonas de tráfico, las zonas industriales y las zonas de fondo, las que no están influenciadas ni por coches ni por fábricas. “Las zonas de tráfico del centro de la ciudad son las que más contaminación tienen y la estación de fondo del Parque Grande es la que menos nivel de contaminación registra”, informa Nieves López, responsable de la Red de Control Atmosférica del Ayuntamiento de Zaragoza. “El tráfico rodado es también el que facilita más nivel de óxidos de nitrógeno y materia particulada, aunque esta última también proviene de la industria y de fenómenos de contaminación natural, como las masas de aire que vienen del Norte de África cargadas con arena del desierto”, explica López.

Y es que contrariamente a lo que la inmensa mayoría piensa, no todo el viento ayuda a limpiar la contaminación. “El cierzo hace que la ciudad se ventile, pero no todo el viento tiene el mismo efecto, el del sur-sureste, que viene de África, y el bochorno, aportan contaminación”, puntualiza López.

Mejorar la calidad del aire de Zaragoza mediante la reducción de las emisiones de gases contaminantes es uno de los objetivos del Gobierno de la ciudad. “El Ayuntamiento suscribió hace unos años el Pacto de Alcaldes, un pacto internacional, por el que los municipios se comprometían a  reducir para el año 2020 en un 20% las emisiones de CO2”, explica Teresa Artigas, concejala delegada de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza. “Estamos continuando el trabajo en este sentido para ir reduciéndolo poco a poco y que sea una realidad”, dice Artigas.

Plantas como medidores de contaminación

En este sentido, Ibercivis está llevando a cabo el estudio “Vigilantes del cierzo”. Un proyecto de ciencia ciudadana para estudiar la calidad del aire a través de las hojas de mil plantas de fresa que se repartieron en diciembre por toda Zaragoza. “Con este estudio se puede saber qué contaminantes metálicos se van depositando para crear un mapa del aire de Zaragoza”, explica Fermín Serrano, de Ibercivis.

Otro estudio en el que se utilizaron plantas, en concreto adelfas, muy comunes en todos los barrios de la ciudad, es el que realizaron hace unos años, investigadores del CSIC para medir los metales presentes en el aire de Zaragoza. Ahora acaban de obtener los primeros resultados.  “Se seleccionaron plantas en todos los distritos, se recogieron muestras y se realizaron análisis de diferentes metales: cromo, cadmio, plomo, níquel, cobre, hierro, aluminio, cinc y arsénico”, explica Enrique Navarro, investigador del CSIC en el Instituto Pirenaico de Ecología.

Los resultados han establecido que “en ninguna zona de la ciudad hay concentraciones de metales que se consideren peligrosas, pero sí hay zonas con un mayor nivel de metales que otras”, dice Navarro. “El centro de la ciudad tiene en el suelo una mayor presencia de plomo debido al tráfico, a que las calles son más estrechas y los edificios impiden que el aire pueda limpiar las partículas”, continúa el investigador.

“Hay otros materiales arrastrados desde fuera hacia la ciudad por el viento, como en la Almozara y Delicias, que son las primeras zonas que reciben el cierzo. Las plantas que hay allí capturan partículas con cromo que no es originario de la ciudad”, concluye Navarro.

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