La familia del preso fallecido en octubre en la cárcel de Zuera pide una autopsia "completa"

Su excompañera ha denunciado que el recluso vivió encerrado en su celda 22 horas al día durante 18 años.

Interior del centro penitenciario de Zuera.
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heraldo

La familia de un preso común que falleció en octubre en la prisión de Zuera (Zaragoza), tras 18 años en situación de aislamiento, ha iniciado acciones legales para esclarecer las causas de la muerte y ha reclamado una autopsia "completa y con garantías".


El bilbaíno José A. Serrano tenía 39 años y llevaba 18 cumpliendo condena en régimen de aislamiento por su inadaptación a la vida carcelaria, cuando falleció el pasado 14 de octubre 'por causas naturales', según recoge el informe inicial de la autopsia.


"La causa de la muerte es natural porque lo natural es morir en la situación en la que vivía José", ha denunciado la compañera sentimental del recluso fallecido, Silvia Encina, en una comparecencia en Bilbao arropada por la coordinadora Salhaketa y por un letrado de la Asociación Libre de Abogados de Zaragoza, Pablo Jiménez.


Encina ha detallado que su compañero entró en prisión por acumulación de condenas derivadas de su adicción a las drogas y que, desde su ingreso, ha estado aislado por su "mal comportamiento" y así, ha reprochado, "le hacían responsable de los síntomas de sus trastornos" psiquiátricos.


Ha lamentado que le impidieran relacionarse con otros reclusos y le mantuvieran encerrado en su celda 22 horas al día durante 18 años.

José recibía mucha medicación para tratar de controlar así su ansiedad y depresión, con tratamientos que, según advirtió su familia reiteradamente, podían tener como efectos secundarios la muerte súbita y que se le administraban sin los controles médicos pertinentes, ha señalado Encina.


Los últimos meses antes de su muerte, el recluso había sufrido infecciones derivadas de un problema dental que le habían generado quistes y numerosas llagas que le hacían difícil comer.


El 13 de octubre, un día antes de que muriera, su novia le visitó y salió alarmada por su deterioro físico, ya que había perdido más de veinte kilos, sufría síncopes y le transmitió su malestar.


Se da la circunstancia de que José podía haber salido ya de prisión en verano, pero su familia no había logrado reunir el dinero de la multa, por lo que se prolongó su internamiento.


La familia ha recurrido a los tribunales para exigir que se aclare esta muerte y han acusado a los responsables de la cárcel de "no haberle asistido"  por omisión del deber de socorro sanitario.


"Nos parece aberrante el sufrimiento que se le infringió físico y psicológico" mientras cumplía condena hasta su muerte, ha dicho, al tiempo que ha denunciado que esa situación también la sufren otros presos de aislamiento.


Además, han denunciado desconocer "dónde está el cadáver y cómo se está conservado", ya que se negaron a su enterramiento o incineración para poder mantener abierta la posibilidad de realizar una autopsia "completa y con garantías" por un perito de parte, así como realizar otros análisis que arrojaran datos sobre las causas de la muerte del preso.


Sin embargo, según ha explicado el abogado, la fiscalía ha negado la petición de hacer una autopsia "que cumpla unos mínimos", ya que la inicial "tenía graves carencias".


El letrado aguarda que la Audiencverania resuelva sobre recursos de apelación a denegaciones de otras diligencias de pruebas que aclaren ese fallecimiento.

La compañera del fallecido ha expresado el dolor y la angustia de la familia, que llevaba años recurriendo a distintas instituciones para que intervinieran en la situación que sufría José en prisión, sin haber contado con el amparo de nadie, y ahora lucha por aclarar su muerte y poder enterrar su cuerpo.

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