Peralta en Navarra, Olvera en Cádiz y, desde hace una semana, Casetas en Zaragoza. Son las tres rockotecas que actualmente existen en España. La última en nacer ha sido la del barrio zaragozano, que comenzó a funcionar este lunes como una nueva sección abierta en la Biblioteca Municipal y que ya ha atraído a los primeros melómanos y curiosos. ‘El Horno’ del rock, como así lo han denominado, reúne hasta 600 documentos, tanto audiovisuales como musicales e impresos que los usuarios pueden, en su mayoría, llevarse a sus casas para disfrutarlos durante unos días.

“Tenemos publicaciones sobre historia de la música, biografías de artistas, obras infantiles, cine, rock internacional y nacional, aragonés y local, material de bandas noveles, diccionarios de música…”, enumera Pilar Garro, la responsable de la biblioteca de Casetas. Y ya sea en libro, en CD, en vinilo o en DVD, los creadores y músicos autóctonos ocupan buena parte del espacio en las estanterías: no faltan los trabajos de los Pedro Botero, Bandido, Vinos Chueca, Nano Kaos o Gran Bob.

Además, en un rincón a modo de museo se exponen también objetos de coleccionista como púas, carteles, una guitarra e, incluso, una camiseta de Pedro Botero del año 87. Los propios protagonistas se están volcando con el proyecto. El grupo Insolenzia, por ejemplo, ha donado libros y discos editados, y la banda Zenobia aportó el pasado sábado –en la presentación oficial de la rockoteca- su último trabajo, que contribuye igualmente a aumentar el caudal que ya atesoraba el fondo de la biblioteca.

Actualmente, en el barrio puede haber hasta unos 40 grupos activos, según relata Garro, que destaca la ingente producción musical que existe allí desde los años 60. Por ello, había que hacer justicia a todo ese recorrido sonoro recogiendo la producción local en un lugar concreto. “Ya conocía la rockoteca de Peralta y siempre había tenido ganas de hacer algo parecido en Casetas. Este verano me decidí a redactar y presentar el proyecto y lo cierto es que mucha gente se ha volcado en él”, reconoce la bibliotecaria. Entretanto, horas y horas de trabajo buceando en los fondos para localizar el material y después organizarlo en diferentes secciones que ya se pueden consultar en este espacio especializado.

Son pocos los días de vida que acumula el particular ‘Horno’ del rock, pero la acogida ha sido muy buena, reconocen desde la Biblioteca Municipal. La respuesta positiva de los vecinos se comprende mejor al conocer que “la música es lo que realmente une a la gente del barrio”, afirma Pilar Garro. “Toque quien toque aquí, si es de Casetas, la gente acude y se vuelca. Prácticamente en todas las familias hay un cantante o un músico”, bromea. Además, esta joven sección musical “puede ayudar a atraer a nuevos usuarios a la biblioteca y descubrirles que en ella hay muchas cosas interesantes y multidisciplinares”.