Santisteve promoverá “barrios comerciales” y planes para Las Delicias, Las Fuentes y San José

El alcalde de Zaragoza admite en el debate sobre el estado de la ciudad que ha pecado de “cierta ingenuidad”, y pide al PSOE “llegar a acuerdos importantes”.

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, ha anunciado la apuesta de su gobierno por “los barrios comerciales”, así como planes especiales para Las Delicias, Las Fuentes y San José. En un largo discurso del debate sobre el estado de la ciudad -ha durado más de hora y media-, Santisteve ha reconocido que su gobierno ha pecado de “cierta ingenuidad”, pero ha defendido que Zaragoza es ahora “más abierta” que cuando llegaron al poder.


El alcalde ha anunciado varias medidas que quiere aplicar “de manera inmediata”. Una de ellas girará en torno al sector comercial de la ciudad, con el objetivo de crear “una estrategia de barrios comerciales”, para beneficiar “la implantación de nuevos comercios y proteger los existentes”. También ha dicho que se va a impulsar “el eje este-oeste”, con la creación de planes de barrio para Las Delicias, Las Fuentes y San José.


Las novedades que ha presentado Santisteve se completan con su intención de hacer una “compra directa de energía” cuando termine el contrato actual de suministro eléctrico. “Toda la electricidad municipal será adquirida de forma directa en el mercado”, ha asegurado el alcalde, quien mantiene que con ello el Ayuntamiento logrará ahorrar un millón de euros. Por último, también se ha comprometido a crear una “oficina municipal contra el fraude y la corrupción”, que investigará “conductas y actuaciones” y promoverá “códigos de buenas prácticas”.


Santisteve ha hecho un extenso repaso a la labor de su gobierno -ante las acusaciones de parálisis e inacción- con un largo listado de medidas tomadas, algunas de las cuales impulsadas por el gobierno anterior o aún están por aplicar. Se ha mostrado “moderadamente satisfecho” con su labor y ha reconocido que ZEC ha pecado “de cierta ingenuidad” fruto de su “inexperiencia”.


Ha pedido al resto de partidos, a los medios y “a los grupos de interés” que entiendan “que las cosas han cambiado”. “Todos debemos sintonizar el dial para encontrar la frecuencia en la que nos comunicamos”, ha llegado a decir. Entre los logros de su gestión, ha citado hasta la intervención del gobierno en la huelga del bus, que acabó siendo la más larga de la historia y que generó un importante trastorno a los miles de usuarios de este servicio.


Ha agradecido la labor de CHA como “ejemplo de entendimiento y colaboración leal”, y ha lamentado “no haber llegado a algunos acuerdos importantes” con el PSOE. No obstante, se ha mostrado “esperanzado” de poder hacerlo en lo que queda de mandato. Ha criticado al PP por su “vergonzante trayectoria como organización política” y ha manifestado su “decepción” por el estreno de Ciudadanos en el Consistorio.


También ha hecho referencia a las relaciones del Ayuntamiento y la DGA, aprovechando la asistencia al debate del presidente de Aragón, Javier Lambán. Ha asumido que la relación podría haber sido mejor y ha lamentado la falta de financiación y el esfuerzo que hace el Ayuntamiento al asumir las competencias impropias, que ha cifrado en más de 100 millones en materia social. Pero ha tendido la mano a Lambán para llegar a un acuerdo con la ley de capitalidad antes de fin de año, así como con otras cuestiones pendientes. De hecho, ha aludido a la deuda histórica de la DGA con Zaragoza, aunque ha asumido que es "imposible" reclamarla "con efectos retroactivos".


El alcalde ha dicho que tras sus 17 meses al frente del Consistorio, Zaragoza es “más participativa, más transparente y con mejores servicios públicos”. En un repaso sin apenas autocrítica, ha destacado la inversión en gasto social, su apuesta por las políticas de vivienda y por “el urbanismo de las cosas sencillas”. Ha criticado que los votos de PP, PSOE y Ciudadanos han permitido “ahondar en un modelo centrífugo de ciudad”, sobre todo en referencia a la aprobación del plan para hacer un ‘outlet’ en los suelos de la antigua fábrica de Pikolin.

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