"Tenemos el reloj de sol más grande y preciso del mundo, pero está todavía sin acabar"

No hay plaza temática ni equinoccios y signos zodiacales inscritos en el suelo en los que proyectar la sombra del mástil. La plaza del reloj solar de Vadorrey, bautizada como plaza del Tiempo por los vecinos, sigue incompleta. En 2010 se proyectó una inversión de 900.000 euros para crear un espacio verde de 30.000 metros cuadrados, pero nunca llegó a ejecutarse. Allí descansa el reloj de sol "más grande y preciso del mundo", acreditado por el Guinness de los Récords.

Por él, según Pablo Polo, secretario de la Asociación de Vecinos de Vadorrey, "se han interesado universidades de América del Norte y Japón". A su parecer, el barrio se merece esta plaza, ya que ha dado "suficientes muestras de paciencia". Sobre todo porque si no se actúa se corre el riesgo de que el reloj pierda su precisión "por la mala colocación del riego por aspersión", que hace que se escurra "muchísima agua". Asimismo, hay "losas agrietadas dentro del segmento horario" por el paso de camiones. 

El recinto permanece prácticamente a oscuras desde hace un año. Solo lo alumbra "la luz que llega de Marqués de la Cadena". "No es una zona cómoda", opinó.

Que no se haya culminado el proyecto "ofende". También que allí vaya a parar la arena del Belén gigante de la plaza del Pilar, que llega plagada de "plásticos y cables", práctica que la asociación denunció ante el Seprona. Fue entonces cuando se enteraron indirectamente de que el Ayuntamiento no preveía concluir los trabajos hasta 2018, algo que se tomaron "como una amenaza".

Un problema "de voluntad"

Polo ignora si el problema es económico, aunque cree que hay uno "de falta de voluntad". El descuido se traduce en retamas, capitanas... "La situación actual deja mucho que desear. Cuando ha habido dinero se ha llevado a otro sitio", apuntó. El colectivo, presidido por Javier López Barranco, insiste en que el reloj de sol podría convertirse en "un atractivo mundial". Está previsto que en los alrededores se coloquen hitos referenciales en los solsticios y signos zodiacales; esculturas donadas por artistas locales."Puede que lo que se invierta resulte hasta barato", añadió.

El mástil, de 46 metros de longitud, esconde secretos que pocos conocen. "Se puede subir arriba, algo que sorprende a todos. Está dividido por secciones para impedir la caída. Tiene una línea de vida que puedes ir enganchando y soltando al cerrar puertas y una piedra geomagnética en el pararrayos", señaló.

A este problema se une la falta de mantenimiento de las zonas verdes. "La escalera que da al puente de la Unión marca la diferencia. Al subir se aprecia que una zona se riega y otra, justo a la izquierda, simplemente no se cuida", aseveró. Los vecinos quieren un plan director y un compromiso por parte del Consistorio. Este proyecto, recordaron Polo y López Barranco, va unido otro: la ampliación de las piscinas. "Se hicieron catas, pero ahí se quedó todo", indicaron.