Solo el 21% de los incinerados en Torrero reposan en el cementerio

La cremación sigue siendo la opción más elegida por las familias de la capital aragonesa.

En lo que va de año, el 52,5% de los fallecidos en Zaragoza han sido incinerados.
En lo que va de año, el 52,5% de los fallecidos en Zaragoza han sido incinerados.

Más de la mitad de los fallecidos que han pasado este año por las salas de velatorio del cementerio de Torrero han sido incineradas, pero muy pocas descansan en este camposanto. Por eso, cuando este martes se conoció que un documento de la Iglesia católica hablaba sobre cómo proceder con las cenizas de los difuntos en espacios abiertos y en las casas de las familias, casi nadie quedó indiferente.


"Las cenizas del difunto, por regla general, deben mantenerse en un lugar sagrado, es decir, en el cementerio o, si es el caso, en una iglesia o en un área especialmente dedicada a tal fin por la autoridad eclesiástica", se puede leer en la instrucción  'Ad resurgendum cum Cristo' [consúltela aquí], el documento vaticano que ha levantado una intensa polémica. De acuerdo con los datos facilitados por el Ayuntamiento de Zaragoza, entre el 1 de enero y el 20 de octubre de este año, el camposanto de Torrero se ha hecho cargo de 4.266 fallecidos: 2.026 han sido enterrados y 2.240 incinerados. Es decir, más de la mitad, el 52,5%, ha optado por la cremación.


En el mismo periodo, solo 474 columbarios situados en estas instalaciones han sido ocupados, lo que supone que el reposo en el camposanto es una opción elegida tan solo por el 21% de las familias de los incinerados.




El jardín de las cenizas, en Torrero.


El texto de la Iglesia, que el Vaticano presentó en rueda de prensa este martes a pesar de que está firmado en Roma el pasado 15 de agosto, también hace referencia a la conversión de las cenizas en "recuerdos conmemorativos, piezas de joyería o en otros artículos", todas ellas últimas tendencias del mercado que, de momento, no figuran entre las opciones más elegidas. "Muchas familias se llevan las cenizas a sus pueblos de origen, a casa u optan por depositarlas en la fosa común del cementerio", señalan estas fuentes. "Otra opción muy utilizada es el jardín de cenizas", agregan. Esta instalación se inauguró en 2012 precisamente para atender la creciente demanda de zaragozanos que optaban por la cremación, ya que desde 2008 las inhumaciones dejaron de ser la primera opción de las familias para el descanso eterno. 


"No cambia nada"

No hay duda de que la forma de proceder de las familias y el documento vaticano apenas tienen puntos en común. Las costumbres en torno a la sepultura en Zaragoza son bien conocidas por Fernando Vallejo Agreda, capellán del cementerio de Torrero desde hace una década. El sacerdote considera exagerada la repercusión que ha tenido la instrucción porque para él "no es una determinación pontificia" sino que "tiene carácter catequético". Vallejo Agreda considera que el texto está más cerca de la filosofía que de la cuestión canónica. "La Iglesia no puede prohibir nada, esta instrucción simplemente es un consejo", agrega.


Por su parte, desde el Arzobispado de Zaragoza indican que el documento conocido el martes "no cambia en nada la práctica porque no hay ninguna novedad normativa" y explican que la Congregación para la doctrina de la fe, que está detrás del texto, es un órgano "que se encarga de velar por la integridad de la fe realizando estudios muy precisos con grandes expertos" y es habitual que publique este tipo de documentos que solo pretenden "hacer recordar a los católicos".

Las funerarias se muestran tranquilas

El sector funerario, que vive estos días previos a la festividad de Todos los Santos con especial intensidad, sostiene que apenas tiene que ver con esta polémica porque su trabajo termina cuando entregan los restos a los familiares. Juan José López Vivas, vicepresidente primero de la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef), cree que la instrucción "no va a alterar el sector" porque solo afecta a los católicos y, dentro de este grupo, puede que haya personas que no vayan a seguir el mandato. Además, apunta que "España no tiene ninguna ley que regule el sector funerario ni tampoco qué hacer con las cenizas que provienen de la cremación. Sin marco legal, nadie puede prohibir nada al respecto".


De acuerdo con los datos que maneja Panasef, en 2006 el número de familias españolas que optaba por la cremación se situaba en el 15% del total mientras que el año pasado ese indicador rondó el 36%. No se trata de una moda: afirman que es una opción ya consolidada y que va a ir a más en los próximos años.

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