Hipnosis en Zaragoza, un tratamiento real

A pesar de la controversia, en Aragón algunos profesionales la utilizan como una técnica habitual.

Ernesto Villoria utiliza la hipnosis en sus terapias.
Ernesto Villoria utiliza la hipnosis en sus terapias.
Camino Ivars

Quizá lo primero que nos viene a la mente al escuchar la palabra hipnosis sea un péndulo o el vaivén de un reloj de bolsillo, o incluso, la pérdida de consciencia o de la voluntad. Imágenes típicas de películas y series de televisión norteamericanas que poco o nada tienen que ver con su práctica real. A pesar de la controversia, en Aragón existen algunos profesionales que utilizan esta técnica específica como complemento a otros tratamientos.


Precisamente, desmontar estos falsos mitos es uno de los objetivos de la conferencia ‘Hipnosis ¿realidad o ficción?’ que se desarrolla este miércoles en el centro Ibercaja Actur de la capital aragonesa, de la mano del psicólogo clínico zaragozano Ernesto Villoria, especializado en terapia cognitivo-conductual. Tras 15 años utilizando esta herramienta, y a pesar de haber estado rodeada tradicionalmente de un halo de misterio y misticismo, asegura que sí, que funciona.


“Para mí es una técnica más, la uso como un atajo entre todas las técnicas que llevo a cabo en mi consulta de manera habitual”, asevera. Se puede utilizar en todo tipo de pacientes y para cualquier patología habitual, como la obesidad, el tabaquismo, el estrés, la ansiedad o las fobias. “En el caso del tabaco, por ejemplo, el margen de éxito se sitúa en el 85 o 90%. Los resultados son buenos, aunque luego al dejar el tratamiento el paciente no suele regresar para contarte si ha recaído o no con el paso del tiempo, pero esto es algo que ocurre con cualquier terapia”, sostiene.


La hipnosis se basa en la sugestión, es decir, inspirar palabras o actos involuntarios, que en este caso se utiliza con fines terapéuticos. De esta manera, el hipnotizador consigue una serie de efectos en el paciente, sin incurrir, por ejemplo, en una pérdida de consciencia ni entrar en ningún tipo de trance: “Otro prejuicio muy común es que funciona con mentes débiles. Como norma general cuantas más capacidades intelectuales tiene el paciente, más efectiva es, aunque depende del caso”.


Como explica el psicólogo zaragozano, no se trata de un tratamiento moderno, sino más bien de todo lo contrario: “Ya se practicaba en tiempos de los egipcios aunque se le conocía con otro nombre. Es una técnica que tiene miles de años, y arraigada con prácticas chamánicas, aunque el objetivo siempre era el mismo, la curación de las personas”. No es hasta bien entrado el siglo XX cuando se comenzarían a sentar las bases del hipnotismo actual.

Una técnica controvertida

Aunque admite que, en la actualidad, continúa habiendo mucha controversia en torno al uso de esta técnica incluso dentro de la propia profesión, Villoría lo utiliza como parte del tratamiento de alrededor del 80% de sus pacientes, “y con excelentes resultados”. En su caso, sus sesiones contienen una base muy importante de relajación. “Mediante el uso de técnicas de relajación, durante la sesión se mandan sugestiones enfocadas al problema del paciente”, especifica.


María Pilar, vecina de Zaragoza de 50 años, lleva tres sesiones de hipnosis para tratar de controlar sus problemas de ansiedad. En su caso, decidió probar tras la recomendación de una amiga. “Aunque todavía es pronto, la verdad es que me encuentro mejor. Al principio me daba un poco de miedo pero ahora cuando me va a comenzar la ansiedad, o cuando me surge cualquier emoción o sensación, enseguida me vienen a la cabeza las indicaciones y se para”.


Al igual que la mayoría, reconoce que tenía una idea de la hipnosis que no tiene nada que ver con la realidad: “Durante toda la sesión estás tranquila y consciente, y vas escuchando las indicaciones”.

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