La UZ clasifica una serie de redes wifi alternativas

El departamento del I3A ha encontrado seis tipos de redes distintas a las comerciales, algunas permitirían llevar la conexión de internet hasta los pueblos de montaña.

Ejemplo de conexiones 'community networks' en Cataluña y Aragón.
Ejemplo de conexiones 'community networks' en Cataluña y Aragón.
guifi.net

Hoy en día todos nos encontramos conectados a internet las 24 horas del día. Desde casa, en el trabajo, con el ordenador o a través del teléfono móvil. Resulta raro encontrar un lugar que actualmente no disponga de conexión wifi, pero... ¿Y si existiera otra manera alternativa de conexión? El departamento I3A de la Universidad de Zaragoza, a través del proyecto Wi-5, ha elaborado una clasificación que incluye otras formas de conexión sin depender de las compañías telefónicas.


Ante tal descubrimiento, surgió la necesidad de catalogar estas redes, una tarea que ha sido llevada a cabo en coordinación con los miembros del IETF (Internet Engineering Task Force), organismo encargado de estandarizar los protocolos de internet a nivel mundial. “Se trata de otras maneras diferentes de conectarse a la red sin un operador convencional. Es más un 'do it yoursef' -hágalo usted mismo-, en el que la gente monta su propia antena y redes”, explica José María Saldaña, investigador de la Universidad de Zaragoza y coordinador del documento.


Y es que, algunas de estas redes, que han sido clasificadas en seis categorías, permiten a los usuarios navegar compartiendo internet. “Hay empresas privadas que deciden montar una conexión propia y compartirla creando puntos de acceso. De esta manera el wifi cuenta con una parte privada y otra pública”, asegura Saldaña. Es el caso de Fon.com, donde sus miembros comparten una parte de su conexión particular y a cambio tienen acceso gratuito a millones de puntos Fon en todo el mundo. Cuenta con más de 20 millones de accesos y un mapa que permite conocer estos puntos.


Este tipo de conexiones son perfectas para personas que viajan al extranjero, “aunque no son tan estables”, explica el investigador. Otra de las alternativas, y la más numerosa, son las 'community networks'. Se trata de redes caseras “en las que participa mucha gente que instala sus propios router y sus antenas en los tejados. Esta fórmula permite enviar la conexión de antena a antena”, explica el investigador. Las redes son libres y no requieren una licencia.


La UZ descubre una serie de redes wifi alternativas



Dentro de este tipo, la más popular es guifi.net, una red que pertenece a una fundación que ya cuenta con cerca de 30,000 nodos operativos en España. “En Cataluña es donde más líneas de enlaces operativos hay, aunque en Aragón ya existen unos cuantos, sobre todo en Zaragoza con unos 15 o 20 repetidores”, indica Saldaña.


Aunque de una forma algo diferente, las llamadas infraestructuras compartidas son otro ejemplo. "Si una aldea del Amazonas dispone de una conexión a internet para un dispensario médico, puede alquilar parte de esa conectividad a un operador, que la utiliza para llegar hasta ese pueblo y dar cobertura de telefonía móvil", señala el investigador. De esta manera, el operador se ahorra el coste de llevar la conectividad hasta el lugar y los usuarios consiguen acceso a la telefonía móvil. Servicio de conectividad

Si bien estos dos ejemplos son los más representativos y extendidos a lo largo del mundo, existen más y diferentes como las cooperativas rurales de Estados Unidos que han decidido usar sus torres de electricidad para incorporar cables de fibra óptica que hagan llegar internet hasta sus granjas.


Otro tipo de servicio es el que ofrecen algunas empresas como la aragonesa Embou, especializada a proporcionar conexión a zonas remotas. En estos casos se paga a la empresa por la conexión pero la infraestructura de red sigue perteneciendo a ellos.

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