Desde 2013 se han incendiado 17 autobuses urbanos con una media de 14 años de antigüedad

El incendio de autobuses urbanos se ha convertido en todo un problema en Zaragoza. La combustión espontánea de estos vehículos ha sido un fenómeno recurrente durante los últimos años, especialmente en los meses de verano y en vías rápidas, en las que por circunstancias han circulado a una alta velocidad. Sin embargo, en lo que va de año las cifras se han disparado, con incendios en días no especialmente calurosos –el último fue el pasado martes– y en calles del casco urbano en las que transitaban a una velocidad normal.

Según los datos que facilitó ayer la concejala de Movilidad, Teresa Artigas, desde 2013 han ardido 17 vehículos: tres en 2013, dos en 2014, cinco en 2015 y siete en lo que va de 2016. En algunos casos se quedó en pequeñas combustiones que los conductores pudieron controlar con extintores o con ayuda de los Bomberos. En otras, como a comienzos de mes en Rosales del Canal, ardió el vehículo completo, con grandes llamaradas que pueden suponer todo un peligro no solo para los ocupantes del autobús –que hasta ahora siempre han podido salir a tiempo–, sino también para vehículos y edificios cercanos.

Artigas señaló que la edad media de los vehículos incendiados es de 14 años. Hasta hace unos años, esta era la antigüedad máxima que se permitía para la flota de Auzsa. Sin embargo, ya en la anterior contrata se dio un permiso especial para prorrogar este límite hasta los 16 años, algo que se ha mantenido en el presente contrato. Además, el comité de empresa ha denunciado en varias ocasiones que la externalización del mantenimiento de los buses hizo que la calidad de estas labores disminuyera.

Además, la concejala de Movilidad señaló que se va a pedir nuevos informes a Auzsa sobre los motivos de los incendios. "Hasta ahora nos ha pasado poca información", dijo.

Tanto el PP como Ciudadanos, que preguntaron por este asunto en la comisión de Urbanismo y Sostenibilidad del Ayuntamiento, calificaron de alarmante la situación, por el riesgo que puede suponer para los usuarios. El edil popular Sebastián Contín dijo que "es una barbaridad y una temeridad" y pidió al gobierno municipal que actúe. Por su parte, Alberto Casañal, de Ciudadanos, apuntó que "hay que tomar medidas" porque "estamos jugando con fuego".