Suciedad y aglomeraciones en la Peña del Cuervo

Lagos, ríos o charcos. Cualquier piscina natural es válida a la hora de darse un chapuzón. Uno de los lugares más concurridos en la provincia de Zaragoza es el paraje conocido como Peña del Cuervo, cercano al barrio Peñaflor. Una zona que durante cada verano recibe la visita de bañistas que disfrutan de las aguas del río Gállego. Sin embargo, al finalizar cada jornada de baño el panorama es desolador, “parece un estercolero”, asegura un antiguo visitante de la zona, Javier Lorente.

“Vivo en San Juan de Mozarrifar y hace un tiempo iba todos los días, ahora es imposible, no hay mas que suciedad y el lugar está abarrotado”, asegura Javier. Durante la semana siempre se dejan ver unos cuantos bañistas, pero al acercarse el fin de semana, el número de visitantes aumenta siendo casi imposible extender la toalla y disfrutar con tranquilidad de la naturaleza.

El Ayuntamiento de Zaragoza llevó a cabo hace unos años una serie de tareas de acondicionamiento en las que se instalaron tanto papeleras como zonas de estancia en el paraje, aseguran desde el Consistorio.

Sin embargo, a pesar de las tareas de limpieza periódicas que llevan a cabo desde el Ayuntamiento, al tratarse de uno de los lugares más históricos y clásicos de la ciudad, el número de personas que acuden hasta el paraje genera una gran cantidad de residuos que acaban tirados por el suelo en vez de en su lugar correspondiente. “Hay varios contenedores en los que depositar la basura, pero la gente la deja tirada por el suelo”, asegura Javier: “A mi me duele ver esta zona así de sucia, supongo que es algo que nos pasa a los amantes de la naturaleza”.

Ester Martínez, una habitual de la zona, asevera que “es un lástima ver cómo una zona tan bonita y natural se llena de basura. Somos muchos los que vamos hasta allí y si no colaboramos todos es imposible mantenerlo limpio”.Salto de Bierge

Otro ejemplo de espacio natural afectado por la suciedad de los visitantes es el del Salto de Bierge. La Organización de Trabajadores Unidos (OTU) denunció el mes pasado cómo la zona se había visto “inundada de basura por no recibir la vigilancia y mantenimiento oportuno, lo que lleva al descontento de los turistas, y repercute a su vez en comercios y habitantes de la zona con la consiguiente pérdida de ingresos para Aragón, como si esta comunidad fuese sobrada de dinero en las arcas públicas".

Igual ocurre en la ribera del Gállego, que pese a ser un espacio protegido como LIC (Lugar de Interés Común) en el que periódicamente se realizan limpiezas, el mantenimiento y armonía debe correr a cargo de los que hacen uso de la zona.