El plan director del Tío Jorge vuelve a retrasarse tras nueve años sin apenas mejoras

El Consistorio alega falta de personal pero los vecinos urgen a que se arreglen los caminos y se hagan nuevas inversiones.

Algunos pinos presentan una exagerada inclinación que lleva a los usuarios a evitar los caminos.
Algunos pinos presentan una exagerada inclinación que lleva a los usuarios a evitar los caminos.
Guillermo Mestre

Por dimensiones y usos es el tercer parque de la ciudad. Sin embargo, por cuidados e inversiones ocupa la parte baja de la tabla. El parque del Tío Jorge continúa esperando la redacción de su plan director que se dijo que estaría en primavera pero que el Ayuntamiento reconoce que habrá de retrasarse de nuevo. En la última comisión de Servicios Públicos, el concejal Alberto Cubero repitió que su compromiso es sacar adelante un plan "que ya debería estar redactado" pero achacó a la falta de personal en el área los sucesivos retrasos.


El edil de ZEC informó de que se solicitó a principios de abril la elaboración de los pliegos de condiciones para el plan del arbolado, el del Tío Jorge y el de Torrerramona y explicó que "los técnicos no dan abasto". También amagó Cubero con externalizar el documento, dado que en el presupuesto de este año hay reservados 25.000 euros para diseñar las mejoras que precisa el pulmón verde de la margen izquierda.


Al margen del culebrón político, el caso es que el parque lleva nueve años con exiguas inversiones. La última intervención de calado se hizo en 2007 pero, desde entonces, los vecinos del Arrabal se quejan de que se ha abierto un sempiterno compás de espera.

Caminos degradados


Esther Blasco, presidenta de la asociación de Balsas de Ebro Viejo, explica que lo que peor están son los caminos. "Están hechos con tierra prensada y soportan mucho tránsito de gente, de bicicletas, de algunos vehículos... Los caminos están muy deteriorados y cuando llueve es un desastre", dice Blasco, que cree que habrían de pavimentarse de forma más resistente. Las sendas, que se unen en el camino central denominado de los Escopeteros, también llevan al centro cívico y al de salud, por lo que son muy utilizados y los vecinos solicitan su arreglo.

Sí admiten los residentes del entorno que las praderas, desde que se ha hecho cargo de su cuidado la fundaciónAdunare, están más limpias y lucen más tupidas, pero lamentan que los fines de semana ciertos comportamientos incívicos degradan las instalaciones.


La última reforma del parque del Tío Jorge se hizo hace nueve años cuando, gracias a 700.000 €, se impermeabilizó el lago, se construyó una pasarela y –solo después de las protestas vecinales– hubo cambios en el alumbrado. Entonces se plantaron 143 árboles, si bien los vecinos instan al cuidado de los ya veteranos porque –denuncian– la tala de pinos peligrosos no ha alcanzado el Arrabal y en la calle de Peña Oroel hay árboles tan inclinados que los viandantes prefieren dar rodeos.


En 2015, aún con Jerónimo Blasco de concejal, se convocó una reunión para impulsar el plan director y los técnicos admitieron que esos árboles suponían un peligro y que no tardarían en retirarlos. Hasta la fecha no se ha sabido más, como tampoco ha prosperado la propuesta que hicieron los residentes de instalar aparatos de gimnasia para mayores.Polémica Cincomarzada


Discusión al margen es que el parque lleva dos años siendo escenario de la multitudinaria Cincomarzada, contradiciendo al Consejo de la Ciudad que abogó por que la fiesta fuera rotatoria por distintas zonas verdes. Esther Blasco se queja de que no se respetan los acuerdos y que ni siquiera se contara con los vecinos a pesar de que los políticos continuamente aluden a procesos de participación ciudadana. "Tras la Cincomarzada limpian el parque pero no las calles próximas o las zonas interiores de la urbanizaciones de Peña Oroel o Valle de Oza, que también sufren las aglomeraciones".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión