Cómo crear un simulador del comportamiento humano

?El BIFI de la Universidad de Zaragoza trabaja en un proyecto europeo pionero para estudiar cómo se comportan las personas en diferentes contextos

Voluntarios, en uno de los experimentos realizados por el Laboratorio Nectunt
Voluntarios, en uno de los experimentos realizados por el Laboratorio Nectunt
P. S.

"La policía acaba de arrestar a dos sospechosos de un crimen. No se han encontrado pruebas suficientes para condenarlos y, tras haberlos separado, un oficial de policía los visita a cada uno en la celda y les ofrece el mismo trato. Si uno confiesa y su cómplice no, el cómplice será condenado a 20 años de prisión mientras que el delator será liberado. Por el contrario, si calla y el cómplice confiesa, será el cómplice quien salga libre, mientras que al no delator lo sentenciarán a una condena de 20 años. Ahora, si ambos confiesan el crimen, cada uno recibirá una condena de solo 5 años. Si ninguno de los dos confiesa y ante la falta de pruebas, no pasarán más de un año en la cárcel acusados de un cargo menor”. ¿Qué haría si le plantearán esta situación?


Es el llamado Dilema del Prisionero, el modelo más común de la Teoría de los Juegos, que trata de predecir el comportamiento humano. En él, los jugadores tienen que elegir entre dos estrategias: cooperar o no hacerlo. Cada jugador recibirá una recompensa dependiendo de su elección, pero también de la de sus competidores.


A hipotéticas situaciones como esta se someterá a los más de 10.000 voluntarios que “jugarán” tanto de forma presencial en el Laboratorio de Economía Experimental ‘Nectunt’ de Zaragoza, como conectados en línea a través de internet. Será dentro de un pionero proyecto europeo, ‘Ibsen’, en el que participan investigadores del Instituto BIFI de la Universidad de Zaragoza junto a otros de España y de países como Reino Unido, Holanda y Finlandia.


Su propósito es crear el simulador del comportamiento más grande del mundo. Comenzaron su andadura en septiembre de 2015 con el diseño del software usado para los juegos y el sistema de gestión de la base de datos, y ahora inician la fase de reclutamiento de voluntarios. El único requisito para participar en los experimentos es ser mayor de edad.


“Nuestro proyecto está centrado en el estudio de los sistemas sociales en los que los individuos son los verdaderos actores, en determinar cómo influye nuestra manera de relacionarnos y cómo actuamos los humanos ante ciertas situaciones, cuál es nuestra postura a la hora de enfrentarnos a determinados dilemas entre lo individual y lo colectivo, y cuáles son los mecanismos reales que permiten el surgimiento y la prevalencia de la cooperación”, señala Yamir Moreno, director del Grupo de Redes y Sistemas Complejos del Instituto BIFI.


Este proyecto se sustenta en una nueva disciplina que parte de la premisa de que el todo es mucho más que la suma de sus partes. Es la Física de los Sistemas Complejos, que pretende explicar con precisión las relaciones que se establecen en sistemas como Internet o las sociedades humanas.


Pero, ¿qué es un simulador del comportamiento humano? No es un dispositivo interactivo, tampoco una máquina o un robot. Se trata de una base de datos compuesta por miles de individuos de diferentes países, edades, sexos e idiosincrasia. “Esta información nos permitirá diseñar experimentos controlados a gran escala, presenciales y ‘online’, para determinar con exactitud cómo se comportan los humanos en diferentes contextos”, cuenta Moreno.


Desde el BIFI explican que los experimentos, que se llevarán a cabo con los miles de voluntarios, se basarán en una metodología objetiva, dejando a un lado métodos como la simulación de sociedades artificiales. Según el responsable del proyecto en Zaragoza, “estos nos permitirán tener un repertorio de patrones de comportamiento que podremos incorporar a los modelos basados en agentes que usamos en nuestro análisis, y dotarlos así de un mayor realismo”.


Ese es el objetivo principal del proyecto internacional: aportar mayor realismo al estudio del comportamiento humano y a la cooperación, pues esta es “uno de los pilares de la evolución que ha permitido el tránsito de una sociedad primitiva basada en la caza, la pesca y la recolección, a la moderna sociedad actual de las nuevas tecnologías y la interconexión”, subraya Yamir Moreno.


Las utilidades de los resultados obtenidos a través de este simulador del comportamiento pueden ser numerosas en el futuro. El investigador señala, por ejemplo, aplicaciones en el ámbito de la economía y la empresa para alcanzar sinergias entre corporaciones, aumentar beneficios, anticipar estrategias de la competencia, simular mercados financieros o, incluso, identificar segmentos estratégicos de población a los que dirigir campañas de publicidad o marketing.


“También puede ser de utilidad para recrear escenarios de negociaciones políticas entre países, para analizar cómo responden los individuos ante el dilema de reducir beneficios para proteger el planeta del cambio climático, para determinar cómo evoluciona la cooperación según la edad de las personas, o analizar las causas que han promovido el auge de las movilizaciones políticas en algunos países”, enumera Moreno.Una media de 20 euros por 45 minutos de juego

Participar en estos experimentos conlleva una remuneración económica para los voluntarios. Estos comienzan su aventura en el juego con una cantidad inicial de 5 euros, que puede ir creciendo en función de sus resultados. Cuenta su máximo responsable en Zaragoza que la media de ganancia por participante “suele estar entre los 15 y 20 euros por unos 45 minutos de juego”.


Yamir no duda en responder con contundencia a la pregunta de si la motivación económica puede alterar los resultados en el juego. Afirma que el montante del premio económico no influye, pero sí el hecho de que haya un beneficio: “Está demostrado científicamente y experimentalmente que solo cuando se paga o existe un beneficio económico asociado es cuando la gente actúa tal y como lo haría en la vida real”.


La garantía de que las personas se comporten en los experimentos de la misma forma que lo harían en una situación real reside en “el diseño de experimentos que simulan escenarios verídicos o tomas de decisiones que pueden acontecer en la realidad. No existe ningún tipo de condicionamiento previo ya que las instrucciones se dan justo antes de empezar el juego y los jugadores no conocen a qué tipo de dilema se enfrentan”.


No es el primer experimento de este tipo que se lleva a cabo en este laboratorio del instituto de la Universidad de Zaragoza, pero sí uno de los más grandes. Comienza la cuenta atrás para los juegos, cuyo inicio está previsto para el próximo mes de octubre.

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