Una fuerte tormenta acompañada de granizo volvió a descargar ayer por la tarde en el término de Mequinenza, municipio del Bajo Cinca que ya registró el pasado domingo otra intensa tromba que causó daños en 300 hectáreas de cultivos en la localidad. En esta ocasión, sin embargo, según valoró el concejal de Agricultura, Antonio Sanjuán, la precipitación fue "más localizada que la de la semana pasada" y afectó a zonas donde, en su mayoría, ya se había recogido la fruta.

La tormenta se desató sobre las 16.30 y duró entre cinco y diez minutos. La piedra y la lluvia cayeron en dos partidas situadas en la zona sur de Mequinenza, alejadas del casco urbano:Barranc d’amat y Porchina, según fuentes municipales. A falta de la valoración de los daños, la pedregada de ayer afectó a "una superficie de cultivo que, en general, ya se había recolectado". Para el edil delegado, "los daños son menores que los de la semana pasada".

La tromba caída el pasado domingo dañó 300 hectáreas en Monegre y Riols, donde hubo parcelas que quedaron prácticamente arrasadas. Las cultivos más afectados por superficie fueron cereal, almendro y olivo, además de cerezo y albaricoque, variedades que estaban siendo recogidas.

Solicitud de ayudas

El Ayuntamiento de Mequinenza ha iniciado los trámites para solicitar formalmente la declaración de zona afectada por desastre natural por la tormenta registrada la semana pasada en su término.

De esta manera, los agricultores afectados podrían beneficiarse de medidas extraordinarias, como exenciones fiscales y otro tipo de ayudas, una vez se confirmara la declaración que se ha reclamado.

Además, el Consistorio pedirá que se pueda llevar a cabo la roturación de los campos afectados de forma inmediata y antes del 1 de enero, una fecha fijada en la PAC. Con esta medida se evitaría el incremento de maleza en las parcelas y se reduciría el riesgo de incendio de cara al verano.