​Garbanzos, arte y bookcrossing en el Arrabal

El restaurante Sobrarbe 63 ofrece desde este mes exposiciones de arte y un rincón de intercambio de libros.

?Garbanzos, arte y bookcrossing en el Sobrarbe, 63 del Arrabal
?Garbanzos, arte y bookcrossing en el Sobrarbe, 63 del Arrabal

"En realidad es una iniciativa que me sale como padre, tengo hijos que han acabado los estudios y veo que en el barrio se demandan espacios lúdicos y culturales". El que habla es Ángel García, que junto a su mujer Pilar Monge regenta desde hace 24 años Sobrarbe 63, uno de los establecimientos con más solera del barrio del Arrabal y que se acaba de convertir en otro curioso espacio híbrido de la ciudad. Ahora, además de degustar su suculento rabo de toro o los populares potajes de garbanzos, será a su vez espacio para el arte y para la literatura.


Desde este mes las paredes de su comedor son también sala de exposiciones, un espacio artístico que ha contado con un arranque de lujo, el del artista arrabalero Rafael Navarro, que muestra durante todo el mes óleos con conocidos rincones de la Margen Izquierda y la ciudad de Zaragoza en general: la Estación del Norte, Macanaz, el Mercado Central, la Aljafería, la Plaza San Felipe o una cambiante Plaza del Pilar según las estaciones del año se contemplan ahora entre humeantes platos de comida casera.


“A mi siempre me ha gustado la cultura y el arte, pero queremos dar opciones a la gente joven, que encuentren un sitio agradable en el que estar en el barrio, la gente se va al centro”, comenta García, quien muestra además su empeño en poder “apoyar a artistas noveles exponiendo su obra, y contar con otros de renombre”, como el propio Navarro.


La intención del establecimiento es ofrecer una exposición de pintura y fotografía cada mes –la próxima será de la fotógrafa Isabel Aparicio Sainz-, y también se ha habilitado un pequeño rincón para le lectura y el intercambio de libros. Además, a partir de junio ya preparan un ciclo de proyección de cortos que se realizará todos los meses.


“Siempre llevaba la idea de hacerlo y por fin la he puesto en marcha”, sostiene el ilusionado propietario, quien reivindica no obstante la comida casera por el que se conoce este establecimiento en la ciudad. El arte está muy bien, “pero si quiere un buen potaje de garbanzos ya sabe dónde tiene que venir”.

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