“He tenido que pedir un certificado para que mi hija pueda usar la rampa del autobús urbano”

Silvia Pallarés, madre de una niña con discapacidad, se encuentra con múltiples dificultades a la hora de utilizar este servicio.

Las sillas de ruedas de Irene, con una discapacidad del 67%, tienen un aspecto más normal de lo habitual.
Las sillas de ruedas de Irene, con una discapacidad del 67%, tienen un aspecto más normal de lo habitual.
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“Tengo la sensación de que me toman el pelo”, es la frase que más repite Silvia Pallarés, madre de Irene, una niña de casi 5 años con una discapacidad del 67%, un grado 3 de dependencia y 10 puntos reconocidos por el IASS en dificultad de movilidad.


El día a día de Silvia e Irene resulta complicado cuando surge la necesidad de hacer uso del autobús urbano y sobre todo, a la hora de solicitar la rampa. “Nunca me la han facilitado”, explica Silvia. Son escasas las veces que madre e hija necesitan hacer uso del transporte público, pero cuando llega la ocasión, "los conductores de Auzsa no proporcionan el servicio de rampa para minusválidos"..


“Los conductores me dicen que la rampa es exclusivamente para uso de sillas de minusvalía. ¿En qué creen estos señores que va sentada mi hija?, asegura. Irene tiene dos sillas de ruedas diferentes que tienen una apariencia diferente a las tradicionales: “Aunque tienen un aspecto normal, es evidente que mi hija tiene una discapacidad”.


Hasta en tres ocasiones Silvia se ha puesto en contacto con Atención al Cliente de Auzsa. Por teléfono, a través de la hoja de reclamaciones y por carta, ha reclamado el uso de la rampa de ascenso y descenso del autobús. Sin embargo, en ningún caso ha obtenido solución.


“He tenido que pedir un certificado en la ortopedia para demostrar que las dos sillas de ruedas que tengo son para niños con movilidad reducida, así cuando tenga que hacer uso de la rampa, nadie me pondrá pegas”, explica Silvia.


La zaragozana asegura que ha intentado dejar claro que cuando solicita la rampa no es para hacer una “gamberrada”, sino por necesidad: “No entienden mi reclamación. El día que mi hija tenga 12 años y pese mucho más, ¿qué voy a hacer para acceder al autobús”?.


Desde Urbanos de Zaragoza aseguran que se trata “de un caso muy especial" y que harán todo lo posible para solucionar esta situación. Sin embargo, aconsejan a los usuarios que estén en una posición similar, que avisen a los conductores previamente de la necesidad de la rampa y así evitar confusiones: "Si sube con la silla por la puerta delantera, el conductor puede pensar que se trata de una silla normal y que al solicitar la rampa ha sido una confusión".Más de 46.000 firmas

No es la primera vez que se interponen quejas por parte de usuarios con minusvalías. El pasado mes de marzo, dos chicas en silla de ruedas bloquearon un autobús para denunciar las dificultades que sufren en muchas ocasiones para viajar en este medio de transporte cuando las rampas no funcionan.


Para terminar con esta situación, las jóvenes iniciaron una campaña de recogida de firmas en la plataforma change.org que respalde su petición, una iniciativa que ya cuenta con más de 46.000 firmantes y que esperan presentar al Ayuntamiento más adelante.

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